Además de mantener tu boca saludable, la pasta de dientes tiene propiedades bien buenas que te sorprenderán y que pueden hacen de este producto un gran aliado a la hora de sacar manchas o de eliminar ciertos olores no muy agradables. 

Casi todos los consejitos se logran con la pasta tradicional blanca. Aquí una lista:

Focos de carros. Según va pasando el tiempo las luces de los autos se van viendo más opacas. Esto se debe a que el cristal o acrílico que cubre la bombilla se llena de sucio. Para solucionar el problema pásale un paño y luego úntale pasta de dientes frotando con otro paño seco. Dedícale una buena pulida y volverán a estar brillosos.

Gafas. Para prevenir que tus gafas se llenen de salitre, polvo o sucio cubre los cristales con pasta de dientes. Luego de unos minutos con un paño seco remueve todo el producto y sácales brillo para que nada interrumpa tu visión.

Biberones. Cuando la leche pasa mucho tiempo fuera de la nevera empieza a coger un olorcito no muy agradable y es normal que en los biberones queden rastros. Una solución es ponerle un poco de pasta de dientes al cepillo con el que limpias las botellas y restregarlas bien. Luego por supuesto, enjuágalas con mucha agua.

Marcas en la madera. No hay nada más feo que una mesa de madera con marcas de vasos o tazas. Afortunadamente esas manchas pueden salir con un poco de pasta de dientes blanca. Frótala suavemente con un paño. Luego pásale otro paño húmedo para eliminar el producto. Una vez seque bien, cubre con alguna solución de brillar de madera. 

Crayolas. ¿Qué niño no ha dejado una “obra de arte” en las paredes de su casa a todo color? Para esto funciona mejor la pasta de dientes blanca, no en gel. De la misma forma que en los remedios anteriores, frota bien los colores con un paño seco y luego retira la pasta con agua. 

Espinillas. Los dermatólogos piensan que es muy abrasiva para ponerla en la cara. Sin embargo, por años este ha sido uno de los remedios favoritos de los adolescentes para secar los barritos y espinillas. Puedes probarlo si tu piel no es muy sensible: colocas un poco de pasta blanca sobre el área antes de acostarte a dormir y enjuaga por la mañana.

Plata. Las abuelas, amas de casa y empleadas doméstica lo saben: no hay nada mejor para devolverle el brillo a los cubiertos y prendas de plata que se han ennegrecido con el tiempo que frotarlas con pasta de dientes blanca. Ve cambiando el lado del paño para no ensuciar lo que limpies.

Lavamanos. Restriega con pasta de dientes especialmente el área del desague y verás que luego de remover todo el producto con agua tibia, además de quedar muy limpio, eliminarás el mal olor que a veces se acumula en esa área.

Tennis. Esa línea blanca de tus tennis que parece que no quiere volver a ser la misma  nunca más, quedará lustrosa si le untas un poco de pasta blanca y la restregas con un cepillito. Luego retiras con agua y a lucirlos.

Manos. Si no tienes gel antibacterial a la mano, o limón, otro buen remedio es ponerte un poco de pasta en las manos, frotarlas y los mismos ingredientes contra el mal aliento harán que esos olores fuertes, como el ajo o el de ese lechón que tanto nos gusta en Navidades, se elimine de tus manos.