El huevo es uno de los alimentos más versátiles en el mundo de la gastronomía. Aunque en ocasiones no tiene gran protagonismo en los nombres de las recetas, es el elemento clave para que estas puedan confeccionarse exitosamente.

Pero además de todas las maneras en la que se combina con otros ingredientes, el huevo mantiene su papel protagónico en desayunos y “brunch”, donde se consume en su manera más simple.

El chef Miguel Campis destaca que, aunque pueda parecer tarea fácil, cocinar un huevo requiere de diversas técnicas para que quede en su punto de acuerdo a la forma en que quieras consumirlo.

Por ejemplo, el huevo hervido -que puede comerse solo, añadirlo a ensaladas y otros platos- requiere una cocción específica para que no se rompa el cascarón y un tiempo determinado de acuerdo a tu gusto.

“El truco para que no se rompa es que vamos a empezar con agua fría y no caliente. Vas a cubrir los huevos con agua templada. Añades una pizca de sal y los pones a cocinar. Una vez comiencen a hervir debes dejarlos 10 minutos si quieres que quede blandito y 20 minutos para que el huevo quede duro”, recomienda.

En caso de que prefieras huevos fritos, comienza colocando en la sartén una cucharada de mantequilla y un chorrito de aceite, la “mezcla perfecta”, según Campis.

Debes esperar unos 30 segundo en lo que la sartén -preferiblemente de teflón- se calienta, porque de lo contrario el huevo se va a pegar si lo colocas en una superficie fría. Rompe el cascarón y coloca el huevo en una taza y luego pásalo al sartén.

“Puedes virarlo cuando ves que se va poniendo blanco, pero también puedes ponerlo en la sartén y taparlo para que se cocine con el vapor. Si quieres que la yema del huevo quede blandita, déjalo tapado por unos cuatro a cinco minutos. Para quede dura, déjalo unos tres minutos más”, aconseja Campis.

Otra forma de preparar huevos que a nivel local se ha vuelto muy popular a medida que ha aumentado el interés por el “brunch”, es el escalfado o “poache”. El chef señala que puedes utilizarlo bañado de salsa holandesa o al estilo benedictino.

Para escalfar el huevo debes colocar cuatro tazas de agua, una cucharada de sal, dos cucharaditas de vinagre en una olla o cacerola. Rompe el huevo y colócalo en una taza mientras calientas el agua.

Una vez el agua esté a punto de hervir, debes moverla en forma circular utilizando una cuchara y cuando el agua se queda dando vueltas, echas el huevo. Una vez el huevo ha entrado en contacto con el agua, déjalo allí por unos tres a cinco minutos antes de sacarlo y servirlo.