En el barrio Pozuelo de Guayama está causando sensación una alcapurria de 29 pulgadas de carne, pollo, cerdo y juey que confeccionan en La Casa de los Pastelillos, un restaurante familiar que administra desde hace 10 años el ingeniero Pierre Beliard.

La alcapurria que han llamado La Boa, se hace con una masa especial para que mantenga su consistencia y se fríe a través de una espátula que permite que no se desmorone, explicó el ingeniero nacido en Haití y graduado del Recinto Universitario de Mayagüez, de la Universidad de Puerto Rico.

“Al principio no fue difícil porque empezamos con las de 12, y se fue mejorando la técnica, en ocasiones se pegaba el papel, o se desmoronaba, pero cuando empezamos a hacer la de 29 ya teníamos un poquito de experiencia y lo que hicimos fue preparar herramientas para lograr más consistencia”, explicó Beliard.

“Preparamos una espátula que nos ayuda a colocar la masa en una freidora y entonces al sacarla se evita que se rompa. Hemos desarrollado la técnica más efectiva para hacerla”, explicó.

“Nosotros cumplimos 10 años en el negocio, pero como tal fue fundado hace 16 años, y en esos 10 años hemos hecho muchos cambios al menú original y hemos agregado muchos platos, aunque siempre somos famosos por los pastelillos”, explicó Beliard.

El empresario explicó que en 2009 comenzaron a crear las alcapurrias, pero de 12 pulgadas, con carne de juey, y luego ampliaron a pollo, cerdo y carne.

Beliard de 51 años de edad, recalcó que las alcapurrias de 29 pulgadas se hacen sábado y domingo, de 10:30 a 9:00 p.m.

“Hace unos meses decidimos aventurarnos con la alcapurria de 29 pulgadas, que es un producto que por el tamaño que tiene lo hacemos los fines de semana porque requiere una freidora especial”, explicó Beliard.

Son pocas las veces que la venden durante la semana, explicó Beliard, especialmente cuando se trata de temporadas especiales como el verano y la Navidad, que es cuando el negocio se llena de visitantes de otras ciudades y países.

La casa de los Pastelillos está situada en el kilómetro 4.0 de la carretera 7710 el barrio Pozuelo de Guayama, junto en un área con una vista espectacular al mar donde hay alrededor de 50 mesas y 12 hamacas atadas a las palmas para la recreación de los comensales.

Beliard, indicó que el restaurante cuenta con más de 50 platos que van desde el mofongo relleno, la carne frita, pechuga de pollo, hasta chillo, pescado y longaniza de pollo, cerdo y mariscos.

Beliard explicó que compró el local hace 10 años porque era un asiduo consumidor del restaurante por su trabajo como ingeniero ya que tenía que ir a Guayama.

Un día vio un letrero de venta y decidió comprar el negocio, “porque era un sitio que me gustaba y tenía interés en innovar y agregar más platos y ha tenido gran acogida".