Los años pasarán, pero hay unos juegos de mesa que parecen ajenos al paso del tiempo. Mientras preparamos un reportaje que publica mañana acerca de cómo este pasatiempo ha evolucionado en la última década, aquí un listado de los que seguiremos jugando con nuestros hijos, sobrinos, nietos y biznietos... excepto Monopolio, porque nadie nunca acaba ese juego. 

Clue

Misterio, intriga y asesinatos… ¡en un juego para niños! Y luego dicen que los videojuegos son muy violentos. Independientemente de este detalle, este clásico continuará haciendo a grandes y chicos sentirse como Sherlock Holmes mientras intentan descifrar dónde, cómo y quién cometió el crimen.

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Hungry Hungry Hippos

Este era el juego que le regalabas a los niños cuyos padres: A. No te caían muy bien, o B. Querías hacerles una broma muy pesada. ¡El escándalo! ¡Las peleas! ¡El caos! ¡EL ES-CÁN-DA-LO! Para los pequeños era tremendo vacilón, pero para los adultos que tenían que soportar el ruido, la tortura era extrema. Para colmo, esos condena’os de Milton Bradley diseñaron el juego de material prácticamente indestructible, así que no se rompía por más golpes que le dabas.

Electronic Battleship

Battleship se ha estado jugando desde 1967 –de hecho, su origen se remonta a los años de la Primera Guerra Mundial cuando se jugaba con lápiz y papel-, pero en los 80 llegó la revolución electrónica que nos permitió seleccionar coordenadas en unos controles y oprimir un botón rojo para hundir el barco de nuestro oponente. ¡Hasta tenía luces y efectos de sonido!

Guess Who?

Popularizado a finales de los 80 y principios de los 90, este juego de adivinar el personaje de nuestro oponente entretuvo a los más pequeños que aún no eran capaces de notar cuán garrafalmente desproporcionado estaba en términos de igualdad de género y raza: de los 25 personajes, 20 eran hombres blancos y solo cinco eran mujeres, y si a tu contrincante le tocaba “Anne” –la única persona negra en el juego- podías acabarlo en menos de 10 segundos.

Operation

El juego que puso a un hombre desnudo tendido sobre una camilla frente a cientos de miles de niños para que estos sufrieran el estrés de ser “electrocutados” si no lograban salvarle la vida. Muchas décadas y cientos de distintas versiones después, ese maldito lápiz en el antebrazo continúa siendo igual de díficil de remover.

Perfection

Nada como una bomba de tiempo para que los niños atraviesen una crisis de nervios a los 8 años. Son muchos los que aún mantienen la espinita de nunca haber podido colocar todas las piezas geométricas en sus respectivos lugares antes de que se acabase el tiempo. 

 

Life

El juego en el que estudias, te embrollas, te casas, te embrollas, tienes hijos, te embrollas más, compras casa, te embrollas hasta el cuello y luego te matas trabajando para pagar todas las deudas que tienes antes de que te mueras. ¿Divertido, no?