No solo es un lugar. No solo son obras para admirar.

Según la educadora jefe del Museo de Ponce, Ana Margarita Hernández, el arte “es una disciplina transformadora en la vida del ser humano”.

Y para muestra un botón basta. El proyecto “El Museo invita a crear” se creó en diciembre de 2012 como una herramienta de cambio social ya que se proponía impactar las vidas de personas entre los cinco y 80 años de edad residentes en comunidades especiales de la Isla. 

El proyecto cuenta con el apoyo de la Administración de Vivienda Pública y se originó con el objetivo de motivar a personas de escasos recursos económicos a adentrarse en el mundo de las artes a través de una conversación “tú a tú” con el proceso de creación artística.

Algunos de los jóvenes que asistieron a los talleres habían abandonado los estudios, sin embargo, luego de la experiencia, se mostraban enfocados en sobrepasar ciertas circunstancias de vida e incluso muchos solicitaron ingresar nuevamente a la universidad, dijo. 

Los talleres, que se destacaron por promover la interactividad entre las partes, fueron liderados por el curador Pablo Pérez d’Ors y el artista educador Julio Amil. ¿El producto?  “¡Hacían cosas maravillosas! Habían algunos participantes que luego de la primera fase se ‘colaban’ de todas maneras y, aunque los gastos de los talleres eran limitados, se les permitía asistir por el interés que demostraban”, comentó Hernández.


Jorge González- Acrílico sobre lienzo, 16”x20”

Los talleres incluyeron aprendizaje de diversas técnicas como el grabado, el dibujo, la escultura, la fotografía y la cerámica. Las obras producto de “El Museo invita a crear” se expondrán en el edificio anexo del museo desde el 11 de julio hasta el 4 de agosto. “Ver una persona que llega el primer día con la interrogante de qué hace aquí y que el último día no quiera irse solo es un testimonio de que ese ser humano tuvo una metamorfosis”, sostuvo.

Arte para educar 

Por otra parte, el museo también ha gestionado talleres para estudiantes de la escuela elemental La Carmen en Maricao. El proyecto “Puerto Rico mío” apuesta a la unión entre el  arte y los métodos de aprendizaje cooperativistas para enriquecer las destrezas de niños y niñas en las materias básicas que se enseñan en el nivel elemental.

¿Y qué ocurre cuando un niño se adentra en el mundo de las artes? Los jóvenes adquieren una sed inquebrantable de aprendizaje, según Hernández, quien también destacó que los resultados fueron palpables debido a que “se redujo el ausentismo, y aumentó el amor por la escuela”.


(Suministrada-Alejandra Peña, directora ejecutiva del Museo, comparte con un estudiante.)

Asimismo, la técnica de aprendizaje colectivo predispone a los estudiantes a trabajar en equipo para obtener resultados más eficientes. “El niño apoya a los demás si entiende más rápido un tema, y también se trabajó con la autoestima pues algunos niños estaban repitiendo el grado”, dijo.

Y si un árbol da buenos frutos se cultiva para que no perezca. “Puerto Rico mío” está en vías de iniciar nuevamente en agosto y, en esta ocasión, “el director de la escuela expresó el deseo de que sea una exposición permanente en los predios de la institución”.

Aunque las visitas en el último año han sido buenas, Hernández insta a la comunidad a darse la vuelta por el museo.  El museo ha recibido alrededor de 45 mil visitas desde junio de 2013. Y no solamente visitan personas locales sino que personas de todas partes del mundo recorren los pasillos, donde se aprecia la colección permanente de la galería y las dos exposiciones huéspedes: “Decadencia y Revolución: Arte en Viena, 1890-1910” y “Paraíso y palabras: un diálogo entre el arte y la literatura en Puerto Rico.”

Así fue como durante un recorrido alrededor de los predios del museo, dos hermanos oriundos de Jacksonville, Florida –quienes visitaban a su abuela en la Isla– relataron la experiencia de su primera visita al museo.  “El museo estaba bien bueno, la pintura que más me gustó fue la de las niñas… la del traje rojo”, describió con cierta timidez la joven Paola Sofía Jorge Silva, de 11 años, refiriéndose a la obra de “Hilda and Franzi Matsch” del pintor y escultor austriaco Franz Von Matsch.


(Arriba,  José Gabriel junto a su hermana Paola Sofía.) 

Mientras que su hermano, José Gabriel Jorge Silva, de 12 años, quedó fascinado con la obra “Dama a caballo” del artista puertorriqueño José Campeche.

Por otra parte, dos turistas de Luisiana que visitaban por vez primera la Isla, Nita Hemeter y Jan Hirschey, no tan solo disfrutaron de la galería y sus diversos atributos artísticos sino que se deleitaron con cómo fueron tratadas por el personal docente del museo. “El guía fue maravilloso, podría hacer un recorrido diario con él todos los días y no me cansaría”, manifestó Hemeter.

La próxima exhibición que presentará el museo será una oda a la obra del artista ucranio Jack Delano que comenzará a partir del 24 de agosto de este año en celebración del centenario de su nacimiento. Para más información respecto a los talleres y/o ofertas y para grupos de campamentos de verano y los horarios de funcionamiento del museo pueden comunicarse a los siguientes números (787) 840-1510 o al (787) 848-0505.