México - El escritor mexicano Armando Fuentes, conocido como Catón, aseguró hoy que el oficio de escribir tiene como clave el trabajo y por eso su único mérito en la literatura y el periodismo es cumplir su parte cada día a partir de las cinco de la mañana.

"Mi único mérito es hacer la tarea todos los días", aseguró en entrevista a Efe el autor de 76 años que mañana presentará su obra "Plaza de almas" en la Feria Internacional del libro de Minería en el centro de la Ciudad de México.

El libro de Catón, como lo conocen en el medio intelectual, reúne más de un centenar de historias cortas en las que reflexiona sobre los temas cotidianos de la sociedad con un estilo a mitad de camino entre la ficción y el periodismo.

La historia egoísta de una mujer que le aterraba morirse primero que su marido porque lo iba a dejar solo, la de otra que pierde su libertad al regresar con su ex y la de un hombre viejo que descubre el amor solo como sinónimo de dar son tres de los temas tratados en el volumen de 398 páginas.

"Son las anécdotas de los taxistas, de los camareros, de los anfitriones de las conferencias que hago por todo el país; saben que nunca más me van a ver y me cuentan su vida", dice Catón, un hombre de hablar pausado y maneras educadas, que tiene maestrías en lengua y literatura españolas, pero no avasalla con su erudición.

El lenguaje coloquial, sencillo y directo es la clave de la nueva obra del mexicano que fue maestro durante 40 años y por eso es una autoridad para afirmar que el gran problema de México es la poca educación de su gente.

"Nuestro problema es la deficiencia educativa y mientras no seamos educados, no seremos libres, democráticos ni justos; yo creo que todo eso va a demorar porque la educación tiene enemigos empezando por algunos maestros, metidos en la profesión por dos razones, el día 15 y el último de mes, cuando cobran", dice.

El hombre de letras, considerado como el cronista de la ciudad de Saltillo, en el norte del país, se reconoce marcado por buenos maestros, entre ellos Guillermo Meléndez, un boxeador retirado que leyó mucho y terminó como un gran maestro de literatura en el Liceo Fuente de Saltillo, que años después llegó a dirigir.

Catón conserva una memoria admirable que a la primer provocación cuenta los detalles de cómo conoció a María de la Luz, su mujer, la mañana del 20 noviembre de 1962.

"Yo era reportero y tenía un coche de segunda, un día se rompió y debí viajar al diario en autobús, unas esquinas adelante subió una muchacha linda y oí una voz que me advertía que iba a ser mi esposa; me bajé cuando ella lo hizo, le pedí acompañarla y cuando aceptó, le dije que hablaba de acompañarla toda la vida; fue hermoso", dice al referirse a la persona a quien dedicó "Plaza de almas".

Es un especialista en política, tema en el que da alrededor de 100 conferencias al año, pero su mundo real gira alrededor de los libros.

"No hay recetas para aprender a escribir, las reglas se aprenden en los libros de otros. Esto es cosa de haber leído y haber descubierto una forma de escribir propia; entonces cuando la gente lo lea a uno, sabrá de quién es la historia aunque no vaya firmada", agrega.

Armando Fuentes acepta que su libro está lleno de vivencias enmascaradas de su propia vida, pero lo ve como algo normal porque según su criterio, la literatura es contar verdades en forma de ficción.

"Cualquier libro, aunque sea de matemáticas, tiene algo de autobiografía", revela.