Un ambiente relajado que invita al compartir sano entre amigos y familiares es el principal atractivo para quienes cada semana convierten el Tablado de Guaynabo en su punto de encuentro.

Este espacio, situado al lado del Coliseo Mario “Quijote” Morales, se ha convertido en el favorito de universitarios y jóvenes trabajadores entre las edades de 25 a 45 años.

Aspectos como la seguridad, tranquilidad y buen espacio de estacionamiento han logrado enganchar a quienes se han vuelto clientes asiduos del lugar.

Seis kioscos, con una variedad de entremeses y tapas para picar y bebidas preparadas con jugos de frutas 100% naturales le suman a la magia del tablado, según indicaron algunos clientes durante un recorrido por el sitio. Estos son Párate Ahí, 515, El Chinchorro, Pinche Pancho, Sabor de Akí y el Kiosko #1.

“Vine por la recomendación de unos amigos. Me hablaron de la comida que hacen en este lugar, que hace unas hamburguesas con chorizo y con carne molida. La probé anoche y es la segunda vez que vengo”, expresó Pablo Villanueva sobre uno de los platos principales del negocio Pinche Pancho.

Otro factor que destacaron los clientes es que gracias a las altas medidas de seguridad se sienten confiados de poder llevar a sus niños con ellos.

“Es un lugar seguro. Aquí vienen muchas personas que salen de trabajar y vienen a este sitio a compartir, y la seguridad es tremenda. Hay presencia de la Policía Municipal de Guaynabo en bicicletas, he visto varias patrullas pasar y nos sentimos cómodos aquí”, añadió Villanueva.

“Es un sitio familiar, acogedor. Me gusta venir porque hay buenos sitios para comer y se puede pasar en familia, que es lo más importante; seguro y en familia”, sostuvo, por su parte, Awilda Irizarry.

Mientras, Ernesto de Jesús manifestó que se ha convertido en un cliente frecuente del lugar debido que el público que allí asiste es “un círculo profesional, personas que vienen con el mismo ánimo de compartir y pasarla bien”.

“Es un sitio que uno se siente seguro. Uno puede traer hasta a la familia aquí. Yo ando con mi hija, mi hijo y mi esposa”, comentó por su parte Pedro Cruz.

El Tablado de Guaynabo, además, es un lugar fresco, al aire libre donde el contacto con la naturaleza se hace presente en los grandes árboles que se asoman por encima de los kioscos, de un lado, ayudando a que el calor no haga estragos entre quienes descansan sobre las barandas de madera con su traguito en la mano, los que se sientan en las mesitas para una plática más privada o los que prefieren mantenerse de pie con su corillo liberando el estrés del día.