Tal y como ha hecho por los pasados cuatro años, el escultor Rodrigo Montenegro se levantó este Sábado de Gloria con una encomienda muy particular: darle gracias a Dios por haberlo salvado de morir en un accidente de tránsito que sufrió hace ocho años.

La manera en que rindió su tributo fue muy peculiar. 

El hombre de 52 años no acudió a una iglesia, ni cumplió una penitencia. Al contrario, lleno de gozo, acudió a la playa que ubica detrás del hotel Ritz Carlton, en Isla Verde, para realizar una escultura de arena de Jesús coronado de espinas, cargando su cruz, camino al Calvario.

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Montenegro comenzó su faena cerca de las 9:00 a.m. armado de una pala, una brocha, un pedazo de madera y un cuchillo plástico. Poco a poco, la imagen que vio en sueños, comenzó a tomar vida ante la mirada maravillada de todas las personas que se encontraban en la playa.

“Cada Viernes o Sábado Santo yo le hago un tributo a Dios en agradecimiento. Esta figura salió de la nada mientras dormía. Yo vi a Jesús con su cruz a cuestas. Quise plasmar ese momento en que él sufría. Para mí hacer la cara es un reto porque todos conocemos las imágenes de Jesús que circulan por ahí y quería plasmarla fielmente”, apuntó el artista terminar su obra, cerca de la 1:00 p.m.

Montenegro contó que la idea de este tributo nació “por la bendición que me dio Dios, porque yo no debería estar aquí en estos momentos porque yo tuve un accidente de motora que me dejó en coma por seis días, durante los cuales lo único que yo veía eran figuras hermosas, caras de ángeles, una luz… Yo nunca había hecho esculturas en mi vida, nunca cogí clases de arte, pero he desarrollado mi arte para agradecerle a Dios”.

El hombre agregó que el proceso que lo llevó a realizar sus imágenes de Cristo empezó hace un tiempo, cuando luego del accidente comenzó a juguetear con la arena “como los nenes lo hacen en la playa”.

“Yo empecé a hacer esculturas y me dije: ‘Wow, ¿qué es esto?’. Me dio una obsesión tan grande, y ahí comencé a desarrollar mi arte. Al principio, eran figuras muy prehistóricas, con ojos grandes… Entonces quise mejorar mi arte y comencé a comprar libros de arte griego, de figuras, me metí a internet… Comencé a practicar con plastilina y así fui evolucionando”, expuso Montenegro, quien además de trabajar como instalador de acondicionadores de aire, realiza esculturas para hoteles y empresas por encargo.

El artífice explicó que la clave para que las esculturas se mantengan en pie es mojar la arena. En el caso del trabajo de hoy, también utilizó un pedazo de madera para hacer la cruz. “La arena es muy delicada, hay que saber cómo manejarla, tienes que tratarla, tienes que acariciarla, mimarla”, acotó.

Como era de esperar, mientras Montenegro realizaba su escultura, el público se detuvo a admirar su trabajo. Una gran mayoría de los ciudadanos tomó fotos de la obra con sus teléfonos celulares. Otros no perdieron la oportunidad para felicitar al artista.

“It’s beautiful. I never see something like that (Es hermoso. Nunca había visto algo así)”, expuso la turista Alexandria Gallego luego de tomar una fotografía de la escultura recién terminada.

Por su parte, Miguel González, de Trujillo Alto, indicó que quiso venir a ver la imagen después de leer una nota sobre la actividad de hoy “en endi.com”.

“Yo le dije a mi esposa que quería verla. He pasado por el lugar tres veces para ver el progreso de la obra. Yo he visto otros trabajos de él (de Montenegro), y son excelentes”, manifestó González.

Mientras, Luz Rodríguez, de Río Piedras, también alabó el trabajo del artista. “Está hermoso. Me llamó la atención porque es un trabajo que pocos hacen”, afirmó antes de tomarse una foto junto a Montenegro y su obra.

Esas muestras de apoyo a su trabajo y de gratitud, provocan que Montenegro quiera seguir creando más figuras como la de hoy.

“A mí me llena de orgullo ver cómo las personas vibran cuando ven mi trabajo. Es bello que te digan que les gusta mi trabajo, se lo viven. Lo mismo que yo vivo, ellos (el público) lo viven”, puntualizó el artista con una gran sonrisa.