Con todo el valor que se le da a la educación y el afán que le ponen muchas y muchos a completar los más altos grados académicos puede que llegue la satisfacción de una meta cumplida, pero una buena formación no necesariamente hace a la gente más feliz.

En una investigación sobre la salud mental realizada por la Universidad de Warwick, en Inglaterra, examinaron los factores socioeconómicos relacionados con un gran bienestar mental, como el nivel de educación y las finanzas personales. Aunque un bajo nivel educativo está fuertemente asociado con enfermedad mental, el equipo de investigación encontró que independiente del nivel, la probabilidad de disfrutar de un estado de bienestar mental es similar.

El “gran bienestar mental” fue definido como sentirse bien y funcionar bien. Las personas que caen en esa definición por lo general logran sentirse felices y satisfechas con sus vidas .

La autora principal del estudio, Sarah Stewart-Brown, señaló que los resultados son bastante controvertibles porque esperaban encontrar que los factores socioeconómicos asociados con la enfermedad mental también tuvieran una correlación con el bienestar emocional.

Otro hallazgo que el equipo reportó como sorpresivo fue el alto nivel de bienestar mental entre los afrocaribeños, especialmente los varones. “Nos sorprendió encontrar que las probabilidades de un alto bienestar mental aumentan sustancialmente entre grupos étnicos minoritarios, en particular los africanos y afrocaribeños, los de India y Paquistán”.