En sus creaciones hay caballos amarillos, las gallinas son de oro y los changos son anaranjados. Los colores brillantes inundan su mundo.

Se apellida Nicholson, pero sus raíces boricuas son las que predominan en su idiosincrasia. No solo porque lo heredó a través de su madre, María Nilda Rivera Pérez, natural de Adjuntas, quien en la década de los sesenta se fijó en aquel dentista original de Virginia que visitó la Isla para hacer labor misionera en las comunidades pobres de la montaña, sino también porque sus remembranzas de infancia están marcadas con recuerdos de su crianza en Aibonito, Lares y Caguas, entre otros pueblos de la Isla.

Como muestra de su amor patrio, hace 26 años que Anna Nicholson forma parte del grupo de artesanos que exhiben sus obras en la celebración de las Fiestas de la Calle San Sebastián. Para Anna, el festejo, que inicia precisamente hoy, jueves, no culmina con el cierre acostumbrado del domingo. Por el contrario, las Fiestas viven en su mente y en su corazón el resto del año. Se las lleva a casa, a su taller en Río Piedras para, en complicidad con su inventiva, elaborar obras artísticas que hacen referencia a esta tradición.

“Trabajo esto todo el año”, revela mientras colorea uno de sus grabados en su taller, donde también hay espacio para sus serigrafías. “Empiezo a trabajar en marzo para el año que viene y voy creando todas esas obras”, añade. Su afán no es casual en vista de que esta disciplina le permite lograr una producción que puede abarcar entre 40 y 50 piezas originales.

La creación de cada obra puede demorar lo mismo dos semanas que un mes, dependiendo de la complejidad de la imagen. “La técnica que yo uso es una colografía”, explica. “Es un collage gráfico en el que se pegan (sobre una superficie plana) distintas texturas”, detalla. Aunque un grabado se puede trabajar sobre planchas o paneles de metal, Anna prefiere el cartón. De cada creación, cuya imagen se elabora al revés para que imprima al derecho, se pueden reproducir múltiples imágenes. No obstante, “son distintas entre ellas”, ya que la artista procura realizar alteraciones en cada una antes de su impresión, de manera que pueda brindar una pieza exclusiva.

Se inspira en remembranzas

“Trabajo casi todo el tiempo con el tema de la memoria”, menciona. “Es una obra de nostalgia, en cierta medida”. Entre sus imágenes favoritas se incluyen “la casa puertorriqueña de principios de siglo, la casa colonial, la casa del barrio, de las cafetaleras”, enumera. “Y creo que tengo mucho éxito porque a la gente le gusta tener una imagen que le recuerde su pasado”.

En honor a los Cepeda

Entre sus trabajos artísticos, Nicholson, quien también es pintora y escultora, realiza cada año un cartel conmemorativo de las Fiestas de la Calle San Sebastián. “Ya es un compromiso”, señala. Para este año, quiso dedicarlo a la familia Cepeda porque ellos “representan el crisol de nuestra raza, la mezcla de ritmos afrocaribeños, de un pasado remoto que nos define como pueblo”, manifiesta con orgullo.

Por otro lado, uno de los aspectos que más disfruta la artista de su participación en estas festividades es su interacción con el público. “Lo que pasa es que primero me compró esta parejita. Esta parejita luego tuvo una hija. Ella se casó y ahora tiene una casa y quiere colocar obras de arte. Entonces es una tradición que continúa. Los veo crecer, envejecer, nacer, llegar con las panzas, después el niño está caminando. Lo veo todo”, relata emocionada, además de reiterar el apoyo de su esposo, de nacionalidad argentina, en su participación durante las Fiestas.

Para concluir, la artista, quien forma parte del colectivo Jornadas del Grabado Puertorriqueño, invita al público en general “a que se asome a comprar la gráfica puertorriqueña porque es bien importante el apoyo”. Su espacio estará ubicado dentro de los pasillos del Cuartel de Ballajá.