“¿Qué usted piensa hacer con sus papeles?”, fue la pregunta que hace algún tiempo un bibliotecario de la Universidad de Princeton le hizo al escritor puertorriqueño Luis Rafael Sánchez. El hombre había llegado a la Isla con la encomienda de comprar los documentos generados por el autor para llevarlos a la prestigiosa institución en Nueva Jersey.

“Me dije: es que yo no quiero que mis papeles, que mis manuscritos, que mi biblioteca salga de mi país”, contó hoy Sánchez en la inauguración de la Sala de Teatro que lleva su nombre en la biblioteca de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Humacao.

Y es que esa reflexión, dijo, fue la génesis de los donativos que comenzó a ofrecer por entregas en 2004 al centro de recursos literarios, para formalizar una relación que había comenzado décadas antes con el personal de la biblioteca, con el que ha mantenido comunicación constante por medio de cartas, llamadas telefónicas y visitas, en las que ya traía libros, revistas, artículos de periódico y reportajes literarios. 

“Nunca se me olvida la pregunta porque yo nunca había pensado mi obra en términos de que fuese tan importante o tan significativa que debiera perpetrarse en un espacio… En todo caso, quiero que se quede aquí y quiero que se quede en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Humacao”, dijo durante el acto que se le realizó en su honor.

Ahora, más de 3,000 libros y otros tantos miles de documentos, que incluyen cartas, críticas literarias, fotografías, placas, y homenajes se ubican en un acogedor espacio en el segundo piso de la Biblioteca Águedo Mojica Marrero, en su pueblo natal.

En las paredes, la bibliotecaria a cargo de la sala, Milagros Rodríguez, mostró hoy orgullosa algunos de los tesoros que forman parte del repositorio: la primera fotografía que se incluyó en la cubierta de La guaracha del Macho Camacho, otra fotografía en blanco y negro del autor en su niñez acompañado por su familia, el cartel de estreno de la obra Quíntuples en la Sala Ravelo del Teatro Nacional en República Dominicana y la serigrafía que celebraba la selección de Sánchez como humanista del año por la Fundación Puertorriqueña de las Humanidades. 

El escritor tuvo a su cargo el corte de cinta tras una ceremonia en que varios amigos suyos, la profesora y escritora Carmen Vázquez Arce, la profesora Carmen Zeta, los bibliotecarios Ángel Manuel Berríos y Carlos Pérez, y el artista plástico Ángel Vega, describieron su vínculo con él. 

También recibió proclamas de felicitación de parte del alcalde de Humacao, Marcelo Trujillo; la legislatura municipal del pueblo y del representante Narden Jaime.

Sánchez mantendrá una oficina en la sala. Hay además, un espacio con sillas y mesas para la consulta de documentos en el que también ubica un armario que contendrá tesis realizadas sobre su obra. Contiguamente, están los anaqueles donde se ubican los libros y demás documentos. 

Al pasearse por el espacio, Sánchez fue recordando anécdotas y compartiéndolas con los queridos que le acompañaban en la actividad.

Según comentó, aún le queda por entregar a la biblioteca más de 40 filmes de entrevistas que se le han hecho en diversas partes del mundo.

Sánchez, quien bromea al decir que se encuentra en el tercer acto de su vida, guarda para sí y por ahora cartas que ha intercambiado con amigos escritores y los libros que autores como Elena Poniatowska, Eduardo Galeano, Camilo José Cela, Edgardo Rodríguez Juliá, Juan Goytisolo, Carlos Mosiváis, Mario Vargas Llosa, Isabel Allende y Mayra Montero, entre otros, le han dedicado. “Me parece un desaire yo regalar lo que se me regaló”, notó. “Pero esperemos que el telón caiga para que la Universidad de Puerto Rico recupere esos libros”.