Los conductores de mediana edad tienen un mayor riesgo de chocar porque acostumbran a usar el teléfono celular mientras guían. Además, según el estudio de la Universidad de California, en San Diego, la mayoría no deja de usar el teléfono ni aunque los hijos e hijas también estén en el carro.

Según el Consejo Nacional de Seguridad, más de uno de cada cuatro accidentes de tráficos son causados por el uso de celulares. El riesgo de chocar es ocho veces mayor si envía mensajes de texto y, aunque parezca seguro, usar el sistema de manos libres aumenta cuatro veces la posibilidad de un accidente.

Estudios anteriores sobre las distracciones al manejar se habían enfocado mayormente en adolescentes y gente joven, por lo que las campañas han sido dirigidas a ese segmento poblacional. Aunque los adultos mayores también lo hacen, apenas hay investigaciones sobre ese grupo de edad.

Reseñado en el portal EurekAlert, en el estudio los investigadores modificaron una encuesta que habían hecho previamente con estudiantes universitarios para indagar en el comportamiento en la carretera de los adultos entre los 30 y los 64 años. A los 715 participantes se les preguntó si usaban el celular mientras guiaban, si enviaban mensajes de textos cuando el semáforo estaba en rojo o con el carro en movimiento, con cuánta frecuencia utilizaban el sistema de manos libres y si usaban el móvil con los menores en el automóvil.

Los resultados revelaron que el 75 por ciento de los participantes usa el celular con la opción de manos libres y un 90 por ciento aseguró ser muy capaz de conducir así. Menos de un 30 por ciento sabía que aunque usara ese método aumentaba el riesgo de chocar al mismo grado que si tuviese en la sangre el límite de alcohol permitido para guiar.

“Lamentablemente, no nos sorprendió ver que muy poca gente entiende los riesgos de conducir con distracciones”, señaló Jesa Engelberg, autora principal del estudio. Lo qué sí les sorprendió fue que la presencia de menores en el carro no afectaba el comportamiento de los conductores.

Más de un tercio de los participantes dijo sentirse presionado a contestar el celular si la llamada era del trabajo.