El arte de la meditación a través de la caligrafía es el objetivo de una muestra del maestro del zen Thich Nhat Hanh, en Bangkok, donde expone más de una veintena de cuadros con mensajes imbuidos de sabiduría budista.

A través de la caligrafía, una técnica milenaria de origen chino, Thich Nhat Hanh dirige su atención hacia los movimientos gráciles del pincel para sumergirse en un estado de meditación y clarividencia.

Las caligrafías del monje vietnamita, conocido por sus numerosas obras sobre budismo publicadas y expuestas en todo el mundo, así como su activismo pacifista, están realizadas en inglés y chino con una mezcla de té y tinta negra sobre papel.

Quizá los trazos de las grafías en inglés no tengan elegancia visual de los icónicos caracteres chinos, pero la intención del maestro de 86 años no es sólo crear belleza, sino también conseguir que el público practique la meditación budista a través de la contemplación.

"Respira", "Sonríe", "Ahora", "Escucha con compasión", "Mira profundamente", "Tú eres ahora", "Este momento está lleno de maravillas" o "La conciencia presente es el secreto de la felicidad" son algunos de los mensajes de las caligrafías en chino e inglés.

El autor recomienda al público que contemple en silencio y concentre toda su atención en los cuadros, expuestos en la muestra "Meditación caligráfica" expuesta estos días en las paredes del Centro de Arte y Cultura de Bangkok (BACC).

Este maestro del zen comenzó su obra de caligrafía en 1994 como una herramienta para inculcar en sus seguidores el arte de vivir en el momento presente, aunque sus cuadros son ahora considerados obras de arte.

Los mensajes del monje aluden a la paz, la sabiduría y las técnicas budistas para alcanzar la felicidad por medio de la respiración consciente y la contemplación del presente.

"La práctica de la contemplación consciente nos ayuda a reconocer las maravillas de la vida en el momento presente", indica el maestro vietnamita en uno de los textos explicativos que acompañan a su obra.

Sobre la obra "Conciencia, concentración, introspección", Thich Nhat Hanh destaca la importancia de ser conscientes del simple hecho de respirar y actuar con compasión en todo momento.

"El fundamento de ser conscientes es prestar atención al momento en que expiramos e inspiramos. Uniendo cuerpo y mente. Ser conscientes nos conduce hacia la concentración y la introspección", señala.

Para el bonzo vietnamita, el nirvana no se encuentra en el más allá sino en el preciso instante de presente, incluso en el momento de beber una taza de té.

"El milagro no es andar sobre el fuego o flotando en el aire. El milagro es andar en la Tierra y ser conscientes de la maravilla de la vida y las oportunidades para ser feliz", manifiesta el popular autor a cerca de otra de sus caligrafías: "El milagro es andar en la Tierra".

El venerado monje ha publicado más de 100 de libros y ha enseñado a miles de personas sus conceptos del "budismo comprometido", que acentúa la meditación, la paz y la justicia social.

Nacido en la región central de Vietnam en 1926, Thich Nhat Hanh ingresó en un monasterio zen a los 16 años y en los años 60 estudió religión comparativa en la Universidad de Princeton y también dio clases de budismo en la Universidad de Columbia en Estados Unidos, antes de emprender una campaña a favor de la paz en Vietnam.

Propuesto para el premio Nobel de la paz por Martin Luther King, las autoridades de Vietnam del Sur y del Norte le prohibieron la entrada en 1973, por lo que se exilió a Francia, donde fundó el monasterio de Plum Village, que ahora cuenta con sedes en varios países del mundo.

El exilio duró hasta el 2005, año en que pudo volver a pisar suelo vietnamita, país que ha continuado visitando con regularidad, entonces ya convertido en un activista y conferenciante de fama mundial.