En su primera novela "Señorita Vodka", la escritora mexicana Susana Iglesias retrata a una bailarina exótica capaz de hacer poesía mientras baila en el tubo al tiempo que sobrevive la vida nocturna de la Ciudad de México y Hollywood.

Con ello, la novel escritora busca rendir un homenaje a las bailarinas exóticas y desmitificar esta actividad, que asegura genera una "revolución".

"De pronto se cree que la vida de estas mujeres es triste y sórdida. Sí lo es, en cierta medida, pero también hay un gozo y una revolución cada vez que una mujer se sube al tubo y decide enfrentar la vida de esa forma", dijo Iglesias en una entrevista con The Associated Press el martes. "Para mí (esta novela) es un homenaje", agregó.

Publicada por el sello Tusquets Editores, la novela sigue a Señorita Vodka, una aguerrida mujer aficionada a dicha bebida alcohólica que se gana la vida como bailarina de distintos "table dance" de la capital mexicana y Los Angeles, Estados Unidos. En su andar, la protagonista se enfrenta a diversos sinsabores del amor y peligros como las drogas, las armas y los proxenetas.

Iglesias, que en 2009 ganó el Premio Aura Estrada que le permitió realizar residencias artísticas en Estados Unidos e Italia, creció cerca de Tepito, el llamado "barrio bravo" de la Ciudad de México conocido por sus actos delictivos, tráfico de armas, drogas y piratería. La escritora explicó que parte de sus experiencias personales le permitieron imprimir mayor realismo al texto, como las charlas que sostiene con amigas que trabajan como bailarinas nudistas, a quienes jamás les ha contado que es escritora, pues no pretende verlas "como objeto de estudio".

"Tengo cuatachas (amigas) teiboleras que son a todo dar", contó la escritora de 35 años. "Platico mucho con ellas y se divierten más de lo que (los hombres) creen divertirse. Eso es lo interesante, (ellos) se sienten conquistadores y ellas les están vaciando la cartera".

Aunque "Señorita Vodka" tiene elementos de novela negra y policiaca y hasta tientes de erotismo, su creadora prefirió no ubicarla dentro de un género en particular. Destacó empero que "es una novela fuerte en el sentido de que se adentra en el tema de la noche".

Además es una oda a la mujer que, por diversas condiciones, se ve obligada a sortear los obstáculos de la vida nocturna en tacones.

"Señorita Vodka es una caja de secretos: habla sobre la mujer mexicana, la mujer rusa y la mujer finlandesa. Esto está pasando en otros lugares el mundo, estoy segura de que hay mucha Señoritas Vodkas que viven la vida con ese arrojo y que se la rifan igual que el personaje", precisó.

Para Iglesias, su obra además "es una novela de complicidad, desamor, muerte y memoria" que puede servir como un "manual contra la misoginia".

"El misógino es un hombre acobardado finalmente, un hombre totalmente rendido a la mujer, pero que tiene que demostrar lo contrario con su machismo y esa careta. El hombre nunca tiene el control, las mujeres son las que llevan el control en el amor, son las que más se entregan", dijo.

La novela relata con crudeza escenas en las que su protagonista es golpeada y tratada como mercancía cuando se ve sumida en noche intensas. Al mismo tiempo, esos pasajes conviven con otros en los que hay una gran carga erótica.

El lenguaje vívido al que recurre Iglesias ya ha sido elogiado por otras figuras como la veterana Margo Glantz, quien ha destacado la "enorme fuerza y carisma" de su novel colega.

Iglesias atribuyó su capacidad narrativa a su andar en los barrios populares de la Ciudad de México.

"Cuando camino Eje Central y platico con esos trasnochados es cuando puedo ver su corazón. No los veo como un objeto de estudio social; a mí me gusta platicar desde el corazón con estas personas, ofrecerles un trago y de eso habla la novela, de la solidaridad en las calles", refirió sobre su proceso creativo. "Se escribe en las calles, el escritorio es el final".