Una nueva investigación detalla la manera en que el tosco dinosaurio cedió el dominio sobre la Tierra a un astuto mamífero.

Dos estudios publicados el jueves en la revista Science explican con mayor claridad las consecuencias trascendentales de una catastrófica colisión cósmica hace 66 millones de años, cuando un cometa o asteroide se impactó en el Golfo de México.

El impacto parece haber puesto fin al reinado de los dinosaurios. Y abrió paso a la era de los mamíferos que probablemente inició con una graciosa criatura similar a una ardilla y con el tiempo llegó al surgimiento de los seres humanos, reportaron los investigadores.

"Creo que puede decirse que sin la extinción de los dinosaurios, no estaríamos aquí", dijo Paul Renne, director del Centro de Geocronología de Berkeley y quien encabeza el estudio de los dinosaurios y el choque cósmico. La desaparición de los dinosaurios "básicamente convierte a los pequeños y tímidos mamíferos en los animales grandes".

Renne demostró cómo el momento del choque cósmico coincide de forma exquisita con la desaparición de los lentos dinosaurios del periodo jurásico. Sus hallazgos ofrecen más evidencia para la teoría de que un impacto extraterrestre era el mayor responsable de la extinción de los dinosaurios.

Por mucho tiempo, los científicos han creído que habían pasado 200.000 años entre el fuerte choque y el fin de los dinosaurios, pero el análisis más detallado de Renne a los fósiles y el suelo en la formación Hell Creek de Montana, en el noreste de Estados Unidos, ubica ambos sucesos con una diferencia de 32.000 años entre uno y otro. Eso refuerza el argumento de que el choque espacial fue la "gota que colmó el vaso" y mató a los dinosaurios, dijo Renne.

Indicó que otros factores ambientales, como un cambio climático por erupciones volcánicas, también complicaron la vida de los dinosaurios, pero que la estocada final fue el choque gigante que causó un cráter de más de 160 kilómetros (100 millas) de ancho en Chicxulub, en la costa de la Península de Yucatán.

Sin embargo, la científica Gerta Keller, de la Universidad Princeton y que ha figurado entre los críticos más fuertes de la teoría del impacto, dijo que la nueva investigación aún no resuelve sus dudas. Señaló que los estudios sólo se enfocaron en las formaciones en Montana.

Renne, por su parte, agregó que no se registran impactos en ningún otro lugar que sean distintos a lo que ha encontrado en Montana.