La controvertida obra "Dirty Corner" de Anish Kapoor, definida por el artista como "vagina de la reina tomando el poder" e instalada ante la fachada del palacio de Versalles, volvió hoy a ser vandalizada, en el tercer ataque a la obra en poco más de dos meses.

Un portavoz del palacio confirmó a Efe que la pieza, una imponente trompa de acero de diez metros de altura en su cabecera, 60 metros de largo y miles de toneladas de peso, apareció con una pintada: "Respect art as u trust god" (Respeta el arte como confías en dios).

Los responsables del Palacio de Versalles constataron el ataque durante la jornada de hoy y lo han denunciado ante la policía, que ha abierto una investigación.

El pasado fin de semana, la escultura del cotizado artista británico de origen indio fue recubierta con inscripciones antisemitas en pintura blanca.

Kapoor, que también tiene origen judío, pidió entonces a través del diario "Le Figaro" que se dejase tal y como había quedado tras la degradación pues, a su juicio, habían pasado a formar parte de la obra para mostrarla como "portadora del odio que ha atraído".

La presencia de la escultura en ese dominio palaciego forma parte de la exposición que desde principios de junio y hasta el próximo 1 de noviembre ha autorizado al artista anglo-indio a trastocar la ordenada geometría de ese lugar, que cada año visitan 20 millones de personas.

La polémica había surgido en el momento de su instalación, tras una entrevista en el semanario "Le Journal du Dimanche" en la que el creador admitía su evidente connotación sexual.

Estas agresiones recuerdan a la que el pasado octubre, en la plaza Vendôme de París, acabó una noche desinflando un ambiguo "Tree" verde de plástico de 24 metros de altura de Paul McCarthy, escultura en la que muchos vieron, en lugar de un árbol, un gigantesco juguete sexual.