La particularidad de esta ambiciosa pieza de la arquitectura de Beijing evoca una ciudad dentro de la ciudad con un área de 220,000 metros cuadrados. Se trata de unas ocho torres que forman un recinto residencial a todo lujo. Las mismas están interconectadas a través de puentes situados en el vigésimo piso, y con espacio extra para ubicar cafés, galerías, miradores, gimnasio y una espaciosa piscina. Allí también convergen 644 apartamentos, un hotel, una escuela Montessori y estacionamientos subterráneos.

El proyecto promueve la interacción social en este espacio público cuya variedad es residencial, comercial, educacional y recreacional. Se aprecian espacios verdes y elementos de sustentabilidad como el reuso de las aguas grises -recolectadas con un diseño especial- y unos 600 pozos geométricos para calefacción y enfriamiento del complejo.

El arquitecto a cargo de la obra fue el renombrado estadounidense Steven Holl. Su trabajo ha cruzado las fronteras internacionales y el sello de su firma se destaca en ciudades como Helsinki, Ámsterdam y Langenlois, en Austria, además de Estados Unidos.

Más detalles en www.stevenholl.com