El corcho es un material aislante, suave, natural y sostenible, de ahí que haya nacido  el uso del tapón de corcho y su aplicación en el hogar. 

Nunca ha dejado de estar presente en la decoración del hogar o en la industrial.  Sin embargo, ahora   vuelve a lucir en todo su esplendor, no solo por tratarse de un material ecológico, sino porque se impone  como un elemento de diseño más en el interiorismo. 

Un ejemplo de ello es la profusión de elementos, ya sea en taburetes, sillas o escritorios, con etiqueta ecológica y gran acabado.

El diseñador industrial y profesor de la Escuela Superior de Diseño e Ingeniería de Barcelona, Salvador Fàbregas, explica que el corcho se utiliza desde hace tiempo como revestimiento de paredes y suelos por sus propiedades aislantes térmicas y acústicas.

"Desde los años cincuenta, el corcho se utiliza en la manilla de puertas o incluso en la goma de una bicicleta. El plástico y las espumas llegaron para sustituirle y hubo un 'boom' en interiorismo que le hizo mucho daño con la aparición de los laminados de alta presión con las formicas y los linolios", dice.

Ahora, las últimas tendencias que le dan una imagen vintage y  recuperan un acabado rural y artesano están provocando su retorno a la decoración, pero también por la carga "emotiva que conlleva el árbol, vinculada a la naturaleza", comenta Fábregas.   De modo que vuelve la predilección por revestir paredes con este material natural, sobre todo en salones, aportando un toque innovador y una opción que evita "molestias acústicas en nuestra propia casa".

INVISIBLE PESE A TODO

En la actualidad, el corcho para paredes y pisos está disponible en una amplia gama de colores, de manera que puede adaptarse  a la decoración de cualquier hogar.

"En negro suele utilizarse como revestimiento externo no aparente y también como sándwich interior como aislante acústico. 

Sin embargo, en líneas, no en losetas, se realiza un juego artesanal y de obra gráfica para el suelo", indica el profesor de diseño.

Con su color habitual, el madera, y gracias a los aglutinantes actuales se forman elementos de un solo volumen "con lo que se abre un amplio espacio a la creatividad con piezas de formas hasta ahora imposibles". 

Pero, además, se trata de un material invisible que se utiliza en la parte interna de sofás, en "las juntas para el horno", en los  fondos de sillas e incluso en los topes de ajuste de las "ventanas de aluminio", detalla Fàbregas.

La autora de esta nota es Inmaculada Tapia, de EFE-Reportajes.