Para Elizabeth Vargas, los retos y experiencias negativas que aparecen en el  camino son enseñanzas que al final te vuelven más fuerte y sabio.

Y es que así lo ha demostrado la Lola de esta semana, quien desde joven ha luchado contra la adversidad. Nacida y criada en un residencial público en Moca, Elizabeth  desde joven demostró ser una persona enfocada,   alcanzando estudios posgraduados y logros profesionales.  Sin embargo, ni sus esfuerzos para alcanzar todos estos éxitos académicos y profesionales se comparan con la trayectoria que le esperaba: luchar contra la obesidad mórbida.

Según narra la actual directora de la Oficina de Ex-alumnos de la Universidad Sagrado Corazón (USC), cuando ingresó a la universidad, es que poco a poco comienza a aumentar de peso.  Aunque en el pasado había intentado dietas o planes para bajar de peso, estos resultaban efectivos por poco tiempo, volviendo a aumentar las libras ya perdidas. 

Sin embargo, fue en junio de 2011 cuando se preparaba para la graduación y se percata de que  la toga que usó el año anterior para desfilar como profesora de la USC no le sirvió, es que Elizabeth decide tomar las riendas de este asunto de una manera más pro activa y con más determinación. “Llegué a pesar 280 libras y, para ese entonces, ya no podía caminar bien, tenía que usar flats todo el tiempo, me hospitalizaban mucho por el asma, tenía problemas de alta presión, y otras condiciones como la apnea del sueño. A mis 31 años estaba tomando casi la misma cantidad de pastillas que las de mi mamá”, dijo Elizabeth, quien mide 4'11''.

Esta vez, la también directora  de la Revista de Ex-alumnos Sagrado decide atacar su problema, no solo por el área nutricional, sino que, también, por otras áreas que estaban siendo parte de su problema de obesidad. Gracias a un plan de acción multidisciplinario, en el que contaba con el apoyo de nutricionista, internista, psiquiatra, entre otros,  Elizabeth logró bajar 60 libras en seis meses y, luego, se sometió a la cirugía bariátrica. Un año y tres meses después de comenzar esta odisea, la también profesora alcanzó su meta de pesar 127 libras. 

De acuerdo con la Lola, ahora disfruta ir de shopping, puede usar tacos y sus problemas de salud prácticamente han desaparecido. En el presente, Elizabeth pesa 115, es talla x-small y 2 de  pantalón.   “Si antes era feliz, ahora soy más feliz”, expresó Elizabeth, quien en el presente se concentra en llevar un estilo de vida saludable y comparte con  otros su experiencia tanto por medio de su blog Más que vivir como en charlas. “Mi misión de vida es volver lo negativo en positivo. Todo lo que me ha pasado lo veo como una oportunidad para ayudar a otros”, concluyó.

Créditos:

Maquillaje y peinado: Johnny Torres, de Johnny Torres Salon. 787-692-1212

Foto: Gabriel López Albarrán

Vídeo: Gabriel López Albarrán y Carla De Jesús Martínez