La seguridad que proyectamos y que sentimos sobre nosotras mismas puede estar muy relacionada con la postura que adoptamos en el transcurso del día. Pero más allá de beneficiar el autoestima, una postura adecuada influye directamente sobre nuestro bienestar.

“Las personas que tienen mejor postura tienden a lucir más seguras que otras, aparte de sentir más confianza interna”, indica Alynn Kakuk, fisioterapeuta del Programa para Vida Sana de Mayo Clinic. 

¡Pero cuidado! En ese afán por lograr la posición perfecta “algunas personas suelen excederse al intentar mejorar la postura. Suelen adoptar una posición excesivamente extendida, con los hombros tan hacia atrás que hasta forman un arco muy pronunciado en la espalda, y por ello empiezan a traspasar el peso corporal demasiado hacia atrás”, abunda Kakuk.

Por otro lado, el hábito de adoptar mala postura puede ocasionar un alineamiento corporal desbalanceado, tensión sobre los ligamentos y músculos, dolor crónico, lesiones, dolor lumbar y dolor del cuello, y la cadera, rigidez en las articulaciones y tensión muscular, explica.

Afortunadamente, no todo está perdido. Hacer ejercicios y estiramientos simples, además de tomar consciencia de la postura puede eliminar estas ramificaciones.

Mejora tus horas la oficina

Si te la pasas sentada frente a un escritorio todo el día, debes estar consciente de tu postura y de la importancia de levantarte por lo menos una vez por hora para moverte.

“Ponerse de pie y enfocarse en la buena postura durante unos minutos puede aliviar la tensión muscular y mejorar la respiración y la circulación, lo que a su vez sirve para mejorar la atención y la participación”, anota la doctora Deborah Rhodes, médico e investigadora sobre cáncer de Mayo Clinic.

Aplicar buenos hábitos ergonómicos en la oficina puede ayudar a mantener sanos los músculos y ligamentos. A continuación algunas sugerencias sobre cómo trabajar en la oficina:

1. Verifica que el teclado esté a la altura del codo para que las manos descansen sobre el escritorio.

2. Coloca el monitor de la computadora al nivel de los ojos y pon las computadoras portátiles sobre las plataformas correspondientes para que también estén a la altura del ojo.

3. Acomoda la silla a una altura que te permita tocar el piso con los pies.

4. Da paseos o toma un descanso para estirarte cada hora.

¿Y con tacones?

Cuando caminamos en tacos, básicamente andamos sobre las puntas de los pies, lo que conduce a una reacción en cadena sobre el resto del cuerpo porque hace que las rodillas se extiendan demasiado, que la pelvis rote hacia al frente, que la espalda lumbar se tensione y que los abdominales se debiliten. A continuación algunas sugerencias a  sugerencias para  considerar.

Al usar tacones, hay que asegurarse que los músculos abdominales trabajen para evitar esa curvatura adicional en la espalda lumbar.

Encuentra un tacón más bajo y con una superficie más amplia que te permita distribuir mejor el pie y el peso corporal. También, opta por limitar su uso. 

Recuerda que mantener la buena postura puede ayudarte a caminar, sentarte y ponerte de pie ejerciendo  menos presión sobre los músculos y ligamentos y al cargar peso.

A las fans de la tecnología 

Estirarte para alcanzar el celular o el teclado es la orden del día.

Esos movimientos pueden tensionar la espalda dorsal y el cuello, conduciendo a que los hombros se redondeen y la cabeza quede hacia adelante, lo que puede provocar dolor crónico de la espalda dorsal, de los hombros, del cuello y de la cabeza.

Por otro lado, las personas envían tantos mensajes de texto que pueden desarrollar dolor y lesiones en los pulgares debido al uso excesivo.

A continuación se ofrecen algunas sugerencias respecto a cómo mantener una postura correcta mientras se usa la tecnología:

1.   Intenta mantener el teléfono celular al nivel de los ojos para no tener que inclinarse hacia delante.

2.   Realiza ejercicios para fortalecer la espalda dorsal y los hombros, tales como ejercicios de pecho para fortalecer los músculos pectorales, y practicar técnicas de respiración diafragmática para liberar tensiones.

3.  Sé consciente de tu postura durante todo el día.

Practícala en 1, 2 y 3

Ponte de pie contra una pared y verifica que la espalda dorsal, los hombros y los glúteos la toquen. Los pies no tienen que tocar la pared, sino estar apenas a unos centímetros de distancia. También debe quedar un pequeño espacio entre la espalda lumbar y la pared que permita meter las manos dentro de él, pero no puede ser demasiado grande. Luego, aléjate de la pared e intenta mantener la misma postura. Recuerda que si refuerzas los músculos podrás mantener esa postura más fácilmente con el tiempo, pero ten cuidado de no excederte ni de extender excesivamente la espalda.