Cuando se busca perder peso, la constancia en la rutina de entrenamiento determina los resultados. 

Se debe crear conciencia sobre la cantidad de alimentos que se ingieren en el día, si se hacen variaciones en la dieta acompañada de actividades físicas, se pueden potenciar los efectos positivos y visibles sobre el cuerpo. el organismo. Aunque realizar ejercicios en la noche acelera mucho más el metabolismo, por lo cual la persona puede desempeñarse mejor en una actividad o reducir su peso en menor tiempo. Lo más importante es mantener una rutina de ejercicios de por lo menos tres veces a la semana durante 30 minutos mínimo, así se mejora la salud y vitalidad del organismo.

Se puede estimular el metabolismo para que procese más rápido las calorías que se consume. Un buen estímulo para éste es trotar o montar en bicicleta manteniendo un buen ritmo durante 20 minutos. También es válido idear un plan de trabajo estableciendo horarios puntuales. Hay que tener en cuenta detalles como del horario de comidas, al existir un equilibrio balanceado en la dieta el cuerpo se verá beneficiado en procesos importantes como la regulación natural del peso.

6: 00 a. m. – 7: 00 a. m. Consume líquidos preferiblemente, con el fin de estimular el sistema digestivo y el resto del organismo después de una reparadora noche de sueño. Puedes ingerir alimentos como café, zumo de frutas y agua, preferiblemente, fría. 

8: 00 a. m. – 9: 00 a. m. En este momento del día, el organismo necesita un impulso energético. Del desayuno dependen los niveles de energía con los que el organismo contará para el resto de la mañana y el día. En el desayuno deben ser incluidos: lácteos como queso, leche y yogur; carbohidratos como pan tostado, preferiblemente integral, y proteínas. 

11: 00 a. m. Ingiere un alimento liviano, puede ser una fruta o galletas de soda. 

12: 00 mediodía – 1: 00 p. m. Resulta ser la hora ideal para suministrar alimentos al cuerpo. El cuerpo cuenta con un reloj biológico que la ciencia ha podido medir parcialmente y estos horarios resultan ser intervalos donde el cuerpo asimila mejor los nutrientes. El almuerzo debe ir compuesto por un carbohidrato como papas o plátanos, una proteína como la carne ( magra blanca), y alimentos como las ensaladas, complementan con vitaminas y minerales que benefician los diversos sistemas corporales agilizando sus funciones. 

3:00 p.m. – 4:00 p.m. Se deben ingerir alimentos derivados de la leche. El yogur puede ser una buena alternativa por sus altos índices nutricionales que trabajan como un energizante al ser sintetizada por el organismo. En este horario también se pueden consumir frutas. 

6:00 p.m. – 7:30 p.m. La cena, teniendo en cuenta la inclusión de alimentos como los cereales y derivados del trigo, pueden ir acompañados con trocitos de frutas y miel; las galletas y mermeladas también se pueden consumir en la noche. 

9:00 p.m. – 10:00 p.m. Antes de ir a dormir es recomendable comer un bocadillo liviano como maní, almendras, manzanas o frutos pequeños. Otras alternativas son las uvas, pues durante toda la noche nuestro sistema digestivo permanece activo liberando jugos gástricos y encimas que pueden producir úlceras y gastritis.

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