Las mujeres somos muy creativas. Si no es así... ¿de qué otra manera podríamos salir airosas de nuestras hormonas, preocupaciones, la crianza de los niños, la vida en pareja y, sobre todo, de las ocho horas de trabajo de lunes a viernes.

Si a esto le sumas la ansiedad generada en el mercado laboral, que sin importar lo dañino y estresante que pueda ser tu ambiente de trabajo, le agradeces a Dios no figurar en las estadísticas del desempleo, entonces acepta que es una necesidad   aprender a ser más creativa y feliz en tu trabajo.

Buscando hacer mi asignación de esta semana, en días pasados hablé con Dana Montenegro, coach creativo de Seriouslycreative, una compañía local que ofrece talleres a grupos profesionales para el desarrollo de ideas innovadoras. Según me explicó el experto, si ya la parte analítica de tu cerebro le comió los dulces a tu lado creativo, estás en el momento preciso de darle un tune up a este grupo empolvado de neuronas.
Según abundó Montenegro, mantenerte con la bombilla encendida y encontrar soluciones innovadoras a tus problemas laborales te acercarán a un estado de bienestar, que hasta puede repercutir en todas las áreas de tu vida. A la larga, recuerda que detrás de esa silla transcurren la mayoría de tus días, a menos que te pegues en la Loto. “La creatividad produce felicidad”.

Por fortuna, en esto de ser más creativas, muchas de nosotras podemos estar varios pasos al frente de los hombres. ¿La razón?  Porque sí, porque nuestros cerebros y hormonas vienen con ese chip perfecto que nos  hace ser así de especiales. De hecho, nuestra inclinación a procesar soluciones complejas es la cualidad que nuestros adorados lolos  agradecen dentro del ámbito laboral.

“En un mundo laboral tan complejo,  se necesita tomar el tiempo para analizar una y otra vez las posibles soluciones a los problemas de la oficina o área de trabajo. Eso, usualmente, no lo hacen los hombres. Ellos toman decisiones rápidas y a veces sin considerar los colateral damage”, detalló Montenegro.

Así que no sólo somos el sexo fuerte, también pecamos de ser muy observadoras y no tememos pararnos, tomar nuestro tiempo, combinar nuestras piezas a la perfección o simplemente mirar bien el mapa y hasta preguntar por direcciones, mientras ellos, miran para otro lado o te dicen “yo lo sabía”.

Para mayor información, puedes llamar a SeriouslyCreative al (787)  283-6093 o visitar  www.seriouslycreative.com.

1. Cámbialo  todo

Para ser creativo todos los días, simplemente, necesitas rodearte de arte, de cualquier tipo; Y eso lo haces dándole, como decimos, “un lavado de cara” a tu escritorio.
Y no, no  tienes que comprar una serigrafía de Picasso   y colgarla justo al lado del monitor. En vez de eso, puedes recortar fotos de revistas y pegarlas en tu cubículo, conseguir un libro con frases que te inspiren y hasta añadir plantas a tu espacio. Recuerda que todo dependerá de tus gustos y de las reglas en tu trabajo.
Si en ese sentido estás muy limitada, atrévete a llevar lápices, bolígrafos y libretas diferentes y coloridas; cosas que de tan sólo mirarlas te saquen del aburrimiento por unos segundos. Cuando hayas seleccionado tus aliados en la batalla, recuerda no desecharlos al zafacón porque simplemente te aburrieron, mejor dónalos, regálaselos a tus sobrinos o haz una colección de ellos y vuelve a usarlos cuando los extrañes.
“Esto es realmente beneficioso para el empleado. Necesitamos distraernos y sentirnos bien en nuestro ambiente de trabajo. También las empresas deberían ver esto como algo positivo que se ve en la productividad del empleado”.

2. Ponte a jugar

Si consideras que jugar cartas en tus horas de trabajo es simplemente  un desperdicio, mejor vuelve a pensarlo.
“Para ser más felices de una manera creativa, todo es válido. Los niños son felices porque siempre están jugando. Ellos desconectan su mente porque tienen la capacidad de jugar. Todos la tenemos, pero  cuando nos volvemos adultos lo olvidamos”, indicó Danna Montenegro, experto en  talleres de creatividad.
Además, estas medidas la incorporan compañías que dependen de la inagotable creatividad de sus empleados para aumentar sus acciones en la bolsa de valores. Si no, ¿qué me dices de Facebook, Google, Zinga? No les va nada mal por dejar que sus empleados jueguen,  lleven su ropa a lavar y hasta que utilicen un 20% de la jornada laboral en proyectos de interés libre, aunque al final del día los resultados  pertenezcan a la empresa.
Según explicó Montenegro, la realidad es que bajo condiciones de trabajo estresantes y continuas ningún empleado es productivo durante las ocho horas de trabajo, ni siquiera una lola. El límite serían unas   tres o cuatro horas de productividad. Y es que para despejar la mente y mirar las situaciones desde otro punto de vista, el juego es tu mejor amigo, ya que te distraes y tu mente se concentra en otras cosas.
Por fortuna, este consejo lo puedes practicar sin importar tu tipo de trabajo. De hecho, la mayoría de los celulares tienen juegos básicos, y ni hablar de las aplicaciones de los smart phones. Ahora, si jugar desde una pantalla pequeña no te emociona, intenta en una computadora o habla con una compañera o compañero de trabajo para jugar tus cartas favoritas.  ¡Seguramente serás la geek mejor vestida y más productiva!

“Cuando estás en stock, amargada, aburrida del trabajo o no te gusta tu jefe, recuerda que es fácil conformarte y vivir en el problema, lo difícil es resolverlo y eso se hace preguntando”, detalló Montenegro.
En ocasiones, sólo te limitas a recibir órdenes en tu trabajo y terminas frustrándote porque no escuchan tus opiniones. Como muchas sabemos, eso de expresarnos a nuestro antojo no es la dinámica más popular en el entorno laboral. De hecho, por si no lo habías considerado,  estar pregonando lo mal que te sientes en tu trabajo a través de las redes sociales, especialmente en Facebook, es un big no no.  Cualquiera podría verlo y regarlo o calculadoramente guardarlo y usarlo  en tu peor momento.
Pero, volviendo al tema de preguntar, Montenegro recomienda que tú hagas este ejercicio internamente y cuando consigas una solución a alguna situación, entonces la puedes presentar a tus superiores o simplemente guardártela para cuando sea el momento.  Además, en este proceso de cuestionarte todo, muy parecido a lo que hacen nuestros niños, seguramente encontrarás soluciones para otros problemas que no pensabas resolver.

Entre las preguntas que te puedes hacer están:

¿Por qué no estoy feliz?
¿Qué cosas puedo hacer día a día para ser feliz?
¿Qué puedo hacer en mi hora de almuerzo o antes y después del trabajo para compensar el resto del día?
¿Realmente no tengo opciones de encontrar otro trabajo?