Creo que mi carrito ya está pidiendo un descanso. Cada vez más está dando problemas. ¡Tan bueno que me ha salido! Digo, tomando en cuenta la pela que le he dado y el millaje que tiene, demasiado bien está.

Fue el que usó Junito los dos últimos años de universidad,  viajando de Bayamón a Río Piedras. Luego, no pasaba ni media hora cuando arrancaba de nuevo para ir a trabajar y ni contar las veces que iba y venía para los jangueítos de noche. También  es el mismo carro que utilizó para ir a casa de mami en Orocovis todos los domingos.

El punto es que cada vez que tengo que llevarlo a que le arreglen algo, lo más cerca que tengo de mi casa es un mega “auto parts”, de esos en los que tu no sabes quien metió las manos en tu carro. Sí, es verdad que lo arreglan el mismo día, pero a veces siento que el trato es impersonal y ni hablar de que a veces  el costo de la reparación hace estragos en mi bolsillo.

Bueno, bonito y barato

Yo estaba acostumbrada a llevarlo al mecánico que vivía dos calles más abajo de casa: don José. ¡Ese sí que era un buen mecánico! No es que los del “auto parts” no lo sean, pero este señor se sabía el nombre de cuanta pieza, cuanto tornillo y cuanta bombillita le prendía al carro. Cuando lo llamaba le decía: “Don José, el carro me hace 'taca taca taca' cuando lo prendo y si estoy mucho tiempo detenida en un semáforo, ahí es que empieza con el 'chucu chucu chucu'. No tengo idea de lo que puede ser..”. Entonces él, con  su santa paciencia, iba a casa, abría el bonete y de mirarlo me decía: “Doñita, el carro tiene esto y aquello”.

Don José no se equivocaba  cuando hacía el diagnóstico,  la jugadita me salía en ná' y el arreglo me duraba bastante tiempo.

Pero don José falleció hace unos  años y la verdad es que ya no se encuentran esos mecánicos de antes. Ahora tengo que llevarlo a un taller que cuando lo dejo no entiendo ni papa de lo que me explican. Aunque pensándolo bien, probablemente yo esté en negación y lo que  no quiero es salir.

Por como pinta la cosa, tarde o temprano lo tendré que hacer si es que no me quiero quedar a pie un día de estos.

Lo que dice Consumer Reports

Pero hablando de chavos,  la semana pasada estaba en una oficina médica y, leyendo un un artículo de la revista  Consumer Reports, me enteré que en la última encuesta de satisfacción en la reparación de autos, más consumidores prefieren enviar sus carritos a un  taller mecánico  independiente que a concesionario de autos nuevos. No soy la única entonces.

Según los expertos de Consumer Reports, los talleres  independientes superan los concesionarios en satisfacción, precio, calidad, cortesía del personal y puntualidad al completar  el trabajo  en el tiempo prometido. ¡Ya lo decía yo!

También, solo el 19% de las personas que contestaron trataron de regatear el costo del trabajito, siendo los talleres independientes el lugar donde   el regateo fue más exitoso.

Regatea y ahorra

Según explica Consumer Reports, no necesitas ser un negociador profesional para  conseguir el precio que deseas. Una buena técnica es  tener una segunda opinión sobre el  trabajo de reparaciones.

Así  pones en competencia a un taller contra otro, lo que generará  una “guerra” de ofertas para que hagas negocio con ellos. También, aconsejan que pidas un estimado detallado por adelantado para evitar cargos inflados.

La autora de este artículo es Marysol Flowerpower, quien colabora en la sección Baby Boomers de Primera Hora impreso, la cual publica todos los miércoles.