Los estudiantes que ansían conjugar pasión y responsabilidades deben  analizar cual es el perfil del estudiante hoy día, qué le ofrece la escuela, cuáles son sus metas y cómo está el mercado laboral en los tiempos actuales. 

En Puerto Rico, el estudiante del siglo 21 no ha pasado por crisis económicas como los que estudiaron en las décdas de 1940, 1950 y 1960. Es un estudiante expuesto a la tecnología,  a lo rápido e inmediato. La escuela es un medio para obtener datos, pasar de grado y, tal vez para unos pocos, desarrollar sus capacidades futuras que lo ayuden a entrar a una universidad o un centro postsecundario. 

Por otro lado, no se percibe la escuela como el medio único para obtener logros, trabajar o subir de estatus social. A diferencia de los años pasados,   el valor de la educación no es sinónimo de éxito y no se valoriza de la misma forma que antes. El estudiante que logra graduarse de cuarto año estudia en muchos casos por conveniencia. Entrar a un centro de estudio postsecundario le permite continuar sus estudios y recibir un salario. Puede escoger entre estudiar a tiempo parcial para trabajar en sus horas disponibles y así mantenerse económicamente, aunque trabaje en algo que no sea su área de estudio. Se toma su tiempo en terminar sus estudios  porque prefiere trabajar a estudiar a tiempo completo. 

El estudiante de hoy acomoda sus clases al trabajo que consigue, se mantiene viviendo con sus padres y, regularmente, no tiene urgencia en terminar de estudiar porque no tiene la necesidad. 

Trabajar o estudiar... ¿Qué hacer primero?

Si verdaderamente quieres conjugar ambas cosas, ten  en cuenta varias recomendaciones: 

Lo que te gusta. Busca un trabajo que te permita conocer el área que realmente te gusta.  Por ejemplo, si te interesa el mercadeo trabaja en tiendas, ventas, servicio al cliente. Si en cambio te gusta la medicina,  procura  buscar  actividades relacionadas al campo  de la salud como cuido de pacientes, oficinas médicas o  trabajo voluntario. Si lo tuyo son los números,  busca un trabajo en oficinas de contable o voluntario en agencias públicas o prácticas de verano.  

Busca alternativas. Analiza los ofrecimientos educativos y los económicos de cada centro; si quieres una carrera corta, de dos años, bachillerato o grados más altos. 

Estudia la tendencia. Infórmate hacia dónde se dirige el  mercado de empleo. No es fácil conseguir el trabajo que estás soñando. Trata de estudiar algo que realmente te ofrezca oportunidad de emplearte. El área de la salud, la biotecnología, ingeniería, contabilidad y carreras cortas, entre otras,  son áreas de demanda laboral y que se mantienen vigentes.

Si a pesar de todo, se te hace difícil decidir qué estudiar, no debes olvidar que tus intereses y habilidades deben ser tu  prioridad. No es aconsejable estudiar porque te conviene, sino por lo que verdaderamente te  apasiona. 

El trabajo aparecerá si verdaderamente pones empeño. Siempre le sacarás provecho a lo que estudiaste porque lo que aprendes se queda contigo toda la vida.

La autora, Genoveva Rojas, es consejera profesional  y licenciada del Departamento de Educación.