La cantidad de mujeres que prefieren entregarse por completo a la crianza de sus hijas puede disminuir en la medida en que muchas buscan ser más independientes y anteponer su éxito profesional, al de su rol como madre.

En el caso de nuestra lola de esta semana, todo lo contrario.

Zara Jiménez es una joven madre soltera que, como según explica, ha optado hasta por renunciar a buenas oportunidades de trabajo con tal de estar con sus hijas  Dianaliz y Liangeliz, de siete y cuatro años respectivamente. Esperanzada en que algún día lo reconocerán, Zara se describe como una mujer que trabaja para inculcarle “valores, el respeto a los demás y siempre les recalco que se amen y se quieran así mismas y que nunca cambien por nada ni por nadie, que siempre sean ellas”.

 La alegría y el giro que le ha dado la vida tras la llegada de sus hijas, se han convertido en las bases de cualquier sacrificio. “Lo más que me encanta de mis hijas son sus ocurrencias y  travesuras. También tenemos una gran comunicación”.

 Gracias a este vínculo, Zara detalla  que sus dos retoños son bastante diferentes y parecidas, a la vez.  “Son cariñosas, comprensibles y de unos hermosos sentimientos. Son independientes y se cuidan mutuamente. Sus ocurrencias hacen de mi vida una gran aventura”. 

Sobre lo difícil que ha significado ser madre soltera Zara comenta: “Nadie dijo que sería fácil. Yo  he decidido ser madre antes que mujer. Tengo que saber a quien escoger para que esté a mi alrededor y que no vaya a ser una mala influencia para ellas sobre todo por como están las cosas. Yo considero que lo más importante de la crianza es estar siempre presente en cada momento de sus vida”, añade.

 Igualmente, nuestra lola de portada explica que en el intento por darle lo mejor a sus hijas, ella como mujer, ha aprendido a ser más tolerante y a mantenerse firme en sus decisiones.