Ella siempre supo que nació para ser madre, pero el camino  para convertirse en lo  que más deseaba le presentó muchas pruebas; indicios que para algunos podría ser el fin de la búsqueda, pero no para Nicole Hicks.

Después de estar casada por cuatro años, su esposo y ella decidieron buscar el tan ansiado bebé. Ante la falta de resultados, la pareja recurrió a tratamientos y operaciones menores sin éxito. En el proceso, Nicole perdió dos embarazos, y luego de varios estudios se confirmó que tenía una deficiencia en la sangre.

Para su buena sorpresa, en el 2013, Nicole quedó nuevamente embarazada. Esta vez contaba con el conocimiento y las herramientas necesarias  para  cuidarse y tener un embarazo exitoso.

Un giro inesperado

Aunque todo parecía marchar perfectamente, todavía le esperaba afrontar un golpe inesperado. A sus 19 semanas de gestación, su esposo falleció repentinamente víctima  de condición del corazón nunca antes diagnósticada. Tenía 40 años.

Ante la pérdida, Nicole no solo luchaba con la tristeza  de la muerte de su esposo, sino también con los temores e incertidumbres que rondaban en  sus pensamientos. "Temía desde perder a mi bebé ante el sufrimiento hasta el no poder manejar la maternidad sola. Mi esposo fue excelente padre y me sentía segura porque sabía que todas mis dudas sobre la maternidad él las afrontaría conmigo", expresó la Lola.

 A pesar de todas las incertidumbres, Nicole sabía que su bebé la necesitaba y ella necesitaba a su bebé, por eso, concentró todas sus energías en su embarazo. También, buscó ayuda espiritual y psicológica, además de todo el apoyo que recibió de su familia y allegados.

Mi bebé y yo

 Todo el esfuerzo que Nicole puso en su bebé fue premiado cuando el 25 de diciembre de 2013 nació su  Leah Juliette Hernández Hicks, una bebé saludable y vivo reflejo de su padre.

"Me concentro en pensar cómo darle lo mejor a Leah Juliette. Ella es una niña sumamente deseada y no voy a permitir bajo ningún concepto que la ausencia de mi esposo afecte su salud emocional. Sé que él en mi lugar, daría el 500% por ella y eso haré yo. La pérdida, no puedo decir que la he superado, pero he aprendido a manejar el dolor y la ausencia. Me he aferrado al pensamiento de que no importa cuantas vueltas le de a lo sucedido, él no regresará". 

Cuatro meses después del nacimiento de su princesa, Nicole afirmó  que cada día disfruta de esta hermosa bendición que superó todas sus expectativas y de su estrecha relación. "No solo superó mis expectativas, aumentó mi fe y aprendo tanto todos los días. Dejé de ser yo para ser para ella. Por fin entiendo lo que es ese amor indescriptible del que tanto me hablaron. Ser madre sola, es difícil pero sumamente gratificante. Me encanta ser madre y más ser madre de Leah Juliette", concluyó.

Créditos:

Maquillaje y peinado: Carmen Betancourt y Normaely Rodríguez de Toque de Belleza, en Bayamón (787) 779-0954

Ropa y accesorios: Mango, de Plaza Las Américas

Foto y vídeo: Sebastián Pérez