Una alegría que salta a la vista, una personalidad que encanta y una sonrisa que no cesa es la terapia que utiliza nuestra Lola de portada para olvidarse de la depresión y los golpes fuertes de la vida. 

 Griselle Pérez se aferró a Dios para sobrellevar una depresión causada por su divorcio que, según cuenta, la llevó a sentir la muerte de cerca. Es por ello que hoy siente que tiene una segunda oportunidad de vida, la cual recibe con los brazos abiertos.

 “Una depresión duele, y está lejos de ser una changuería, como muchos piensan”, cuenta Griselle al añadir que “es traumático ver como tu cuerpo se expresa con ataques de ansiedad, taquicardia, descontrol del azúcar, y que cada vez que ingieras un alimento o intentes eliminarlo sientas un calentón que sube de tus pies a la cabeza que se vuelve costumbre”.

Griselle, como toda una guerrera, pudo vencer esa depresión que tanto sufrimiento trajo a su vida. Hoy, no esconde su sonrisa al agradecer a Dios, su padre, madre, doctores y demás familiares por creer en ella y ayudarla a salir adelante.

 Atrás había quedado la depresión cuando la vida le lanzó otra dura prueba a nuestra Lola, su madre, uno de sus pilares y figura protagónica en su recuperación, falleció luego de 10 meses de su intensa batalla con una enfermedad pulmonar.

 “Duele perder una madre, pero fue una experiencia para mí y toda mi familia.   En un momento tan difícil como ese pude ser fuerte y ser el soporte de mi familia. Dios hizo su voluntad, pero queda una familia y una vida, por la cual hay que luchar”, comparte Griselle, quien además se describe como una Lola sociable que le encanta pasar tiempo con su familia y bailar hasta con su gato.

   Esta Lola tiene claro que una buena actitud ante las situaciones son la clave para poderlas sobrellevar y asegura que, “mi sonrisa y mi sentido de la vida puede hacer cambiar un rostro triste y decepcionado”.