Un cambio radical en la forma en que las personas piensan en la comida, en sus gustos, en sus hábitos, en sus antojos, en sus cuerpos y en cómo se alimentan. Eso es lo que prometen en su sitio web Melissa y Dallas Hartwig, nutricionistas deportivos que en 2009 desarrollaron la dieta Whole30, cuya popularidad ha aumentado últimamente.

Se trata de un régimen que los medios han descrito como una versión extrema de la dieta Paleo, muy restrictiva y que, no obstante, es seguida por muchas personas. De hecho, a fines de abril pasado, la revista "Elle" publicó un artículo titulado "¿Por qué la dieta Whole30 se apodera de Instagram?", en el que se explica que debido a que se han creado tantas comunidades, blogs, foros, seminarios y talleres para las personas que la siguen, es lógico que ellas quieran documentar lo que cocinan y comen, y obtener muchos "me gusta" por ello.

La idea central detrás de esta dieta es que existen ciertos alimentos tales como el azúcar, los granos, los productos lácteos y las legumbres que, sin que las personas se den cuenta, tienen un impacto negativo en su salud y estado físico. Y, ¿cómo se puede saber cuáles son? Según Melissa y Dallas, simplemente sacándolos completamente de la dieta.

"Cortar todos los grupos de alimentos que son psicológicamente poco saludables, que causan problemas en el intestino, que son inflamatorios y producen desequilibrio hormonal por 30 días. Deja que tu cuerpo se cure y recupere de cualquier efecto que esos alimentos estén causando (…) Aprende de una vez por todas cómo los alimentos que has estado ingiriendo en realidad están afectando tu vida diaria y tu salud a largo plazo", plantean.

Los Hartwig describen su programa como un reajuste nutricional de corto plazo, "diseñado para ayudarte a poner fin a tus hábitos y antojos poco saludables, a restaurar tu metabolismo, a curar tu tracto digestivo y a equilibrar tu sistema inmune". Todo esto, según los creadores del régimen, tiene impactos tanto físicos -baja de peso, mejora en la composición corporal, mayores niveles de energía, etc.- como psicológicos –desarrollo de una imagen corporal saludable, reducción de los antojos, etc.-, lo que los seguidores del Whole30 han resumido en la frase "libertad de los alimentos".

Las reglas a seguir

La dieta tiene "reglas oficiales" que deben cumplirse. Durante los 30 días que dura, está permitido ingerir carne, productos del mar, huevos, "toneladas" de vegetales, algunas frutas y muchas grasas saludables que provengan de aceites, frutos secos y semillas.

"Come alimentos con muy pocos ingredientes, que sean pronunciables o, mejor aún, que no tengan una lista de ingredientes porque serán totalmente naturales y no procesados", recomiendan.

Entre la lista de los alimentos prohibidos están:

- Azúcar añadida de cualquier tipo, ya sea real o artificial, ni siquiera endulzantes como stevia o nutrasweet.

- Alcohol en cualquier forma, ni siquiera para cocinar.

- Granos como trigo, centeno, cebada, avena, maíz, arroz, mijo y quínoa, entre otros.  

- Legumbres como porotos de todo tipo, arvejas, garbanzos, lentejas y maní, además de soya en cualquier forma.

- Leche, ya sean de vaca, cabra u oveja, y elaborada de cualquier forma: crema, queso, yogurt, etc. La única excepción es la mantequilla purificada o ghee.

- Papas

- Carragenina (aditivo), glutamato de sodio (potenciador del sabor) o sulfitos (conservantes).

- Comida chatarra, productos de panadería o postres, incluso si están elaborados con alimentos "permitidos".

Según los Hartwig, "omitir todos estos alimentos y bebidas ayudará a las personas a recuperar la salud de su metabolismo, reducir la inflamación sistémica y descubrir cómo realmente están impactando su salud, estado físico y calidad de vida".

Sin embargo, para muchos la dieta Whole30 es demasiado restrictiva. "Me gusta que la gente sea estricta por entre cuatro y siete días, para recomenzar y restablecer sus conductas. Pero 30 días es mucho tiempo", opinó la nutricionista Keri Glassman en "Elle", y agregó:

"Las legumbres proporcionan una muy buena manera de adentrarse en las comidas vegetarianas (…) Asimismo, no creo que se deba beber leche todo el día, pero siempre hay un buen lugar para un yogurt griego".

El régimen también prohíbe a sus seguidores, pesarse o medirse durante 30 días, aunque los alienta a hacerlo antes de comenzar y al terminar, para así "ver resultados más tangibles del esfuerzo".

Fuente: emol.com