Luego de más de diez años de práctica privada en el área de la psicología clínica, por mi oficina han pasado diferentes personas. Hombres y mujeres, jóvenes y hasta personas de la edad dorada sufren por amor o desamor y buscan ayuda para que su relación funcione. Ese término: " relación funcione"; en ocasiones va cargado de hacer lo que sea para mantener una unión amorosa cuando las razones no son necesariamente las correctas.

Son miles las poesías, las canciones y hasta los consejos que escuchamos donde se nos habla de cosas tales como:

"El que ama todo lo sufre, todo lo soporta..."

"Si amas algo déjalo libre, si vuelve a ti es tuyo"

" Es mejor malo conocido que bueno por conocer" (esto como consejo de que no dejes al que te hace sufrir porque el/la que te toque después puede ser peor).

Hablemos de Martha y Raúl

Martha y Raúl son una pareja que lleva 18 años de casados, unión en la que procrearon dos niños de 6 y 8 años. Ambos tienen 45 años, se enamoraron porque se dieron cuenta de que eran “el uno para el otro”.

Hace mucho tiempo que esta relación no es lo mismo que antes, el trato no es igual.

Es importante recalcar que no hay infidelidad entre ellos, hasta se podría decir que se quieren.

Raúl trabaja con mucho afán como contable, pero ha olvidado lo que Martha como esposa y mujer necesita.

Martha, quien es maestra también, ha olvidado las necesidades de Raúl; no es que no lo quiera, pero entre el trabajo y su rol de madre los terceros sobran.

La relación ha llegado al punto en que ante la menor provocación se tratan con desprecio, y la intimidad se ha limitado significativamente.

Martha, aunque cansada de la rutina y del trato indiferente de su cónyuge, dice que no puede vivir sin él, “que se casó para toda la vida y que él es buen padre y proveedor”.

Raúl no conoce otra vida sin Martha, entre risas le comenta a sus amigos: "Mujer que no pelea es hombre".

Así pasan los días, entre la rutina, el hastío y el desamor.

En lo relacionado a los niños ella no se siente apoyada. Los ayuda a estudiar, los prepara y lleva a la escuela, y como si fuera poco, los días en que hay tenis o ballet también le toca llevarlos. Él por su parte trabaja hasta tarde en la oficina, tratando de obtener una economía que le permita darle a su familia una posición económica cómoda. Ella se queja de tantas horas trabajando.

De esta manera los días y las semanas transcurren entre discusiones y distanciamiento. No hay complicidad entre ellos, no hay amistad y la intimidad se limita a una necesidad fisiológica de vez en cuando.

La  tan mencionada rutina  es la realidad de muchas parejas hoy en día, y la causa de muchas separaciones y divorcios. Aunque la llegada de los hijos al seno de una familia es una bendición, también puede ser el fin de la misma. El éxito profesional puede llevar a la pareja a obtener cosas materiales, pero a su vez, este puede echar a un lado la importancia de los asuntos maritales.

Walter Riso en sus libros hace referencia a tres conceptos importantes en toda relación para que la misma se mantenga.

Riso los define como ágape (ternura), philia (amistad) y eros (pasión).

Cuando el autor hace referencia a estos términos, refiere que simbolizan el amor completo y que no llega de improvisto a la vida de cada pareja, hay que trabajarlos.

Cuando una relación comienza, la atracción y amistad dan la base a la comunicación. La persona demuestra toda la ternura que puede haber en su corazón y se convierte en la persona más compasiva del planeta.

La pasión, la intimidad, la sexualidad y la sensualidad se apoderan tanto del hombre como de la mujer, encontrándose que son el uno para el otro.

Con tantas cosas hermosas, con tanto apasionamiento se llega a formalizar una relación hasta llegar al matrimonio o a la convivencia.

Con el tiempo (y si no se trabaja), el que fue tu amigo se convierte en tu enemigo; la que te entendía y era compasiva, ahora no te apoya y mucho menos te entiende; y esos amantes se convierten en dos témpanos de hielo, que solo la pasión la despierta la necesidad fisiológica.

¿Cuáles son los errores más comunes que hacen que una relación termine?

1.Problemas o falta de comunicación

2. Dejar de ser pareja para solo ser padres o profesionales

3. "Ladies Nights" o "Boys night out" frecuentes.

4. Falta de apoyo y falta de empatía.

5. Falta de tiempo de pareja

¿Qué se puede hacer?:

1. Fomente el diálogo con su pareja, dedique un tiempo para saber cómo le fue el día, cómo se ha sentido. Esto ayudará a abrir el camino a la comunicación.

2. Dedíquense tiempo y calidad de tiempo. No pierda su individualidad pero practique con su pareja el salir o realizar actividades que a ambos disfruten.

3. Sea empático/a y compasivo/a. La compasión en una relación de pareja es entender que su pareja puede sentirse cansado/a, molesto/a o agobiado/a por situaciones. A veces solo escuchar demuestra empatía.

4. Háblele a su pareja con respeto, aún en momentos de diferencias.

En ocasiones las palabras más fuertes o las conductas más hostiles las mostramos con los que más amamos.

5. Mantenga una relación por las razones correctas: por amor.

6. No pierda la perspectiva de lo beneficioso que podría ser la terapia de pareja si no pueden resolver sus diferencias.

Las relaciones no son fáciles ni perfectas. Si se trabajan, si se buscan alternativas, si hay respeto y amor pueden ser duraderas.

Jamás olvido las sabias palabras de mi padre: " Las parejas de hoy en día desde el primer momento se dicen, si no funciona, cada cual por su lado. Esto lo que los lleva es a rendirse y no trabajar por la relación". Hoy en día, mis padres llevan 50 años de casados.

Si desea coordinar una cita con la Dra. Ingrid Marín Espiet, en su oficina localizada en el área metropolitana puede comunicarse al (787)222-4999.

Para consultas sobre este tema puede hacerlo vía email: imarinespiet@gmail.com

• Lecturas recomendadas: “Amar o Depender” de Walter Riso, al igual que otros libros del mismo autor.