Resiliencia, una buena actitud ante la adversidad
Es momento de dejar a un lado la tristeza, el desasosiego y el desanimo para poder levantarnos.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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Van tres semanas desde que el peor huracán que ha pasado por el Caribe azotó nuestra Isla. En este octubre nuestras vidas han sido más ajetreadas que de costumbre y podríamos decir que el embate real no necesariamente es cuando el huracán golpea, es después.
Largas filas en la mayor parte de los comercios, tapones, lluvia y estrechez es la orden del día. Otros enfrentan la incertidumbre si volverán a trabajar o no. Todos, unos más que otros, somos damnificados.
Reconociendo que es una realidad y permitiéndonos sentir, debemos tener en cuenta la importancia para nuestra salud mental de poner un alto al sufrimiento y al pensamiento de desesperanza. Es momento de dejar a un lado la tristeza, el desasosiego y el desanimo para poder levantarnos.
La resiliencia es el proceso mediante el cual el ser humano se adapta a la adversidad. Adaptación, no como sinónimo de conformismo; es como decirnos: "No puedo cambiar lo que ya sucedió, tengo que enfrentarlo y seguir adelante". El ser resiliente no es una cualidad innata de algunos, se trabaja y se integra a nuestra vida.
Aquí algunos pasos para ayudarnos a llegar a ser resilientes en estos momentos de adversidad:
-Reconoce tus fortalezas y debilidades
Si sabes que el exponerte mucho al tema del huracán te afecta, ponte límites. Toma un tiempo fuera para distraerte; hablar de otros temas te ayudará a no sobrecargarte.
-Cambia el pensamiento
Sal del pensamiento negativo y empieza a sumar las bendiciones. Saca algo positivo de la crisis.
-Integra a tu vida el buen humor
Al mal tiempo buena cara.
-Se objetivo, pero sin dejar de ser optimista
No podemos decir que no ha pasado nada, pero ante la situación difícil podemos estar claros y positivos de que todo va a mejorar. Se flexible ante los cambios. Retoma la rutina (distracciones, meditación, hablar sobre otros temas). Busca apoyo cuando necesites hablar y/o desahogarte. El decir cómo nos sentimos es terapéutico. Desarrolla paciencia; cuando nos impacientamos perdemos destrezas asertivas de comunicación, y podemos ofender o mostrarnos hostiles.
El mantener un buen estado emocional es vital para lograr el cambio y levantarnos. Todo pasa. Más pronto de lo que pensamos, miraremos hacia atrás y esta experiencia nos habrá hecho más fuertes.
Psicóloga clínica licenciada, conferenciante, recurso para medios de comunicación escrita, radial y televisiva. Experiencia como profesora universitaria. Práctica privada con 18 años de experiencia clínica en el área de salud mental ofeciendo servicios de psicoterapia a adultos, niños, adolescentes, parejas y comunidad LGBTT. Experiencia en preparación mental de atletas.
Natural del pueblo de Arecibo, egresada de la Universidad Carlos Albizu Miranda, Recinto de San Juan.
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