Si recuerdas tu infancia, de seguro te llegarán a la mente las veces que trepaste un árbol, rodaste por alguna loma, nadaste en algún río o creaste mundos imaginarios entre plantas.

Hoy día, la naturaleza ha sido prácticamente reemplazada por la tecnología.  En vez de jugar en los patios o parques, los niños pasan su tiempo de ocio frente a una tablet, un celular o televisor.

“Son muchos los factores. Uno de ellos es la vida rápida  que llevamos. Los papás los dejan en la escuela hasta tarde  y cuando los traen no salen. Nosotros nos criamos en la calle, pero ya nadie deja a un nene en la calle, ni siquiera en las urbanizaciones cerradas, por miedo y por falta de espacio. Tampoco están muy accesibles los espacios para que los papás salgan con los nenes”, aseguró Margarita Marichal, profesora del programa de preparación de maestros de la Universidad Interamericana, recinto Metro, de niñez temprana. 

Aunque podamos pensar que esta es la realidad que le tocó vivir a la nueva  generación, son serias las consecuencias que puede acarrear esa falta de contacto con la naturaleza.

  “La tecnología ha venido a sustituir ese tiempo porque es la actividad recreativa por excelencia. Cuando el nene llega del cuido extendido que ya se presume ha hecho las tareas, lo dejan un rato que vea televisión o que se conecte o juegue videojuegos y cada vez más ese contacto con la naturaleza es menor. Y en los fines de semana, en vez de planificar actividades familiares donde puedan disfrutar un espacio verde los tienen en deportes, ballet o pinturas, que son actividades que los tienen entretenidos, pero en espacios limitados”, aseguró Marichal. 

El escritor Richard Louv creó el término Nature Deficit Disorder (Desorden de deficiencia de la naturaleza), que presentó en su libro Last Child in the Woods de 2005.

En él expone que esa separación de los niños y la naturaleza deriva en dificultades para la atención, obesidad, disminuye el uso de los sentidos y eleva los índices de enfermedades físicas y mentales.

“Ese término no se trabaja como uno médico, sin embargo ha habido muchas investigaciones con relación al mismo y han encontrado que desde un tiempo para acá, que los nenes están en este movimiento desconectados de la naturaleza, han aumentado los casos de hiperactividad, de niños con problemas de comportamiento, de depresión, obesidad. Cuando estás fuera estás libre, quieres correr y eso es natural en un niño, quererse mover. Una de las características en el desarrollo de los niños preescolares es que están en continuo movimiento. Hacerlo estar sentado todo el día es un esfuerzo sobrenatural que tienen que hacer”, destacó.

Para Marichal, reconectar a los niños con la naturaleza es una responsabilidad tanto de los padres, como de las escuelas y los gobiernos.

Por su práctica, la profesora  es testigo de cómo las escuelas tampoco están proveyendo ese contacto.

“Si el nene está la mayor parte de su tiempo en una escuela o un cuido, estamos viendo que cada vez hay menos salidas al patio. Se están eliminando períodos de recreo, en los edificios cada vez hay menos ventanas. Superviso práctica docente en nivel preescolar y a veces eso parecen cárceles oscuras, porque clausuran ventanas, las áreas de patio las asfaltan. Hemos buscado unas soluciones que los niños no las necesitan”, afirmó.

Otra de las consecuencias más preocupantes que destaca la experta es cómo la situación afecta el desarrollo de las destrezas motrices.

“Hay unas destrezas que solo se desarrollan con la práctica. A veces ves nenes que apenas saben caminar, que no  pueden halar, empujar y eso lo haces al aire libre, mientras juegas, cuando trepas un palo, tiras una piedra. Así vas a desarrollar unos patrones motrices, que sentado todo el día en un salón no lo vas hacer. Y también las destrezas  motrices finas porque lo único que hacen es utilizar el pulgar de las manos y no tienen fuerza muscular. Esos nenes no han desarrollado agarre de pinzas, que eso se desarrolla cuando coges una hoja, una piedrita en el patio, cuando estás investigando”, afirmó.  

Marichal destacó iniciativas del Departamento de Educación como Programa Contacto Verde, en el que los estudiantes tienen que tener al menos 10 horas de contacto con la naturaleza por semestre. Sin embargo, considera que no es suficiente, por lo que recomienda que al menos una vez al mes la familia visite algún lugar donde pueda disfrutar de ella.

Otro aspecto preocupante es que la falta de contacto con la naturaleza tampoco les ayudará a los niños a desarrollar amor y respeto por ella, algo que es de suma importancia para las futuras generaciones por la preservación del medio ambiente.

¡A MOVERNOS!

Estos juegos que tantos recuerdos nos traen a muchos de los adultos están en peligro de extinción. Pero estamos a tiempo para recuperarlos y fomentarlos entre los más pequeños.

-Papa caliente

-Escondite

-Cuica

-Pase misín

-Chequi morena

-Tira y tápate

-Chico paralizado

-Peregrina

-Enano o gigante

-Simón dice

-La carretilla

-El ángel

-1, 2, 3 Pescao

-Paso de gigante

-Pillo y policía

-Hula hoop

BENEFICIOS DE HACERLOS

-Fomenta la responsabilidad.

-Mejora las habilidades y capacidades motoras.

-Colabora en el desarrollo de un crecimiento adecuado.

-Mejora la autoestima.

-Puede ayudar a frenar algunas actitudes y comportamientos agresivos.

-Ayuda a desarrollar fuerza muscular incluyendo un corazón fuerte.

-Ayuda en el desarrollo y práctica de destrezas sociales.