El proceso de divorcio jamás resulta una experiencia agradable. Esta realidad  no  es distinta para los hijos de los involucrados, quienes de una manera u otra se ven afectados por todo lo concerniente a esta vivencia.

El panorama se complica más cuando el menor opta por culpar a uno de su progenitores por la separación, actuando con rebeldía y tirantez como reflejo de su sentir.

Las razones que pueden llevar al hijo a actuar de esta manera pueden ser diversas. Sin embargo, van a ejercer gran influencia “la edad del menor al momento de recibir la noticia por parte de sus padres,  y cuánto conocimiento tengan sobre las razones del divorcio”, explica  la psicóloga Omayra Rivera Rivera.

Dentro del proceso de entendimiento del hijo, también va a influir el rol o la imagen que se tiene del papá o la mamá por la que opta “defender”, por ejemplo, si se trata “de un papá amoroso versus una madre estricta, lo que lleva a que se cuestione ¿por qué te divorcias si papá es bueno?, ¿o por qué no les das una segunda oportunidad?”.

Proceso de cambio

Otro aspecto que resalta la psicóloga es que “hay que ver que los menores pasan por un trastorno de ajuste (adjustment disorder) en ese tiempo que tratan de asimilar ese proceso de separación, y eso se puede dar de diferentes maneras, ya sea  demostrando  estado de ánimo reprimido, problemas de ansiedad y/o problemas de comportamiento. El menor puede manifestar una o varias de ellas”.

A su vez, la doctora comenta  que “contrario a los más pequeños, en el adolescente se suele tornar más difícil este ajuste, ya que en la adolescencia tiende a haber apegos y bandos”, lo que lleva a la posibilidad de que el menor manifieste cierta preferencia hacia uno de los progenitores. “Claro, la dinámica de comunicación en la familia va a influir, es fundamental, porque si son padres que siempre han sido comunicativos y han sabido establecer disciplina dentro de su rol de papá o mamá,  va a haber una diferencia con aquellos hijos a los que se les han permitido tomar atribuciones de adultos”, y con los que, además, no se ha sabido manejar problemas de conducta.

La doctora plantea que el proceso de divorcio  “es un ajuste para todos en la relación”, por lo que buscar ayuda  profesional debe figurar como prioridad en el propósito de  que tanto el adulto como sus hijos puedan manejarlo del mejor modo posible. Además, el padre  o la madre debe tener presente que   “mis hijos no van a ser felices si yo no soy feliz”.

Y ante de la dinámica de que los hijos insistan en una reconciliación, si la separación es definitiva, es importante hacerles comprender que “estar en una relación no implica sacrificio, porque a la larga se va a ver afectada la relación con mis hijos también”.

Un anhelo común

Por su parte, el psicólogo Carlos Sosa menciona que “es típico que el hijo tenga la fantasía de que sus padres se queden juntos”. Pero más allá de este deseo,  “es importante que los niños entiendan las razones del divorcio”.

La reacción de culpar a uno de los padres puede deberse a que el hijo  “tiene una imagen distorsionada de un papá o una mamá que es más permisivo o cariñoso, a diferencia del otro’”. También, “muchas veces  viene porque una de las partes en la pareja provee información al menor para predisponerlo  en contra del otro”.

Respecto a ésto último, el doctor menciona enfático que “si queremos que nuestros hijos sean felices, en Puerto Rico la pareja que se divorcia tiene que disciplinarse”. Por lo tanto, “no importa la razón del divorcio, el niño no tiene la culpa y como padre o madre no podemos dañar su desarrollo emocional hablándole mal el uno del otro”.

A su vez, el psicólogo resalta que esta reacción de culpar “es evidencia de que el niño o el adolescente no ha podido manejar la situación y utiliza  a ese padre o madre como blanco de desahogo de su rabia, de su frustración”. De ahí que insista en que “es importante buscar ayuda profesional para que el menor pueda manejar la situación”.

Como parte de esta dinámica,  es fundamental “hacerle entender que el divorcio es un proceso de cambio en la vida de todos los involucrados”. Y también, “que entiendan que la razón del divorcio no tiene nada que ver con ellos”.

Ahora bien, hay padres o madres que en  el deseo de “evitar que los hijos sufran durante este proceso puede llevarlos a sobreprotegerlos y educarlos de manera que se tornen egoístas, voluntariosos y manipuladores”, lo que dista de ser apropiado en la meta por   brindarle al menor guías  para el manejo de la situación.

El psicólogo añade que “los padres deben ser conscientes de que la responsabilidad principal es el bienestar de sus hijos. Ellos tienen que comportarse de forma que el niño logre el equilibrio necesario para ajustarse a esta situación (de divorcio) y que se sientan seguros y protegidos de que sus padres van a estar ahí para ayudarlos siempre”.

Ayúdalos a comprender

1. Procura  los consejos de un  terapeuta de pareja y/o familia respecto a cómo comunicar a los hijos la noticia de la separación.
2. En la medida posible, ambos adultos deben  comunicar juntos la noticia del divorcio al menor.  “En ese momento, los padres deben hacer un esfuerzo para dejar sus diferencias de lado por el bienestar de su hijo”, aconseja la doctora.
3. Al comunicar la noticia, ten en cuenta la edad y la madurez de cada hijo. “Es importante darle la información al menor según su capacidad cognoscitiva, que le facilite entender y asimilar esa realidad”, aclara el doctor Sosa.
4. Escucha las inquietudes del menor. Dale participación para que se sienta respetado y atendido.
5. Evita contaminar la mente de tus hijos con respecto a la imagen de tu futuro ex y a la problemática  concerniente a la separación.
6. Recuerda hacerle claro al menor que, más allá de la separación, siempre tendrá tu apoyo como padre o madre, no importan las circunstancias, incluyendo el divorcio.
7. Aun cuando tu hijo te insista en que se siente “bien”, considera buscar ayuda psicológica para el menor.
8. En la medida posible, ambos padres -aun por separado- deben mostrar  consistencia a la hora de disciplinar al menor.
9. Comunícales a tus hijos que las razones que impiden que los dos puedan convivir como pareja no tiene que ver con ellos.
10. Ante la insistencia de una reconciliación, si el amor se acabó, es importante que ellos comprendan que  ya no es lo mismo estar en pareja.

(Para citas con la psicóloga clínica Omayra Rivera Rivera: 787-608-0433. Para citas con el psicólogo   Carlos Sosa:  787-755-2402 o  787-640-2823)