Recuperar la figura es una de las metas principales que se trazan las mujeres después del parto. Sin embargo, el gimnasio y las rutinas de ejercicios parecen pasar a un segundo plano con la llegada al hogar de un nuevo bebé, cuyo cuidado requiere prácticamente todo el día.

Esta realidad la conoció muy bien Lara Toro hace dos años cuando nació su hijo Federico. La entonces profesional de la industria banquera -que siempre se ha considerado una “fanática del ejercicio”- comprendió de repente lo difícil que se hacía para las mamás ponerse en forma sin descuidar las necesidades de sus pequeños.

La solución a su problema la descubrió, no obstante, hace poco más de un año cuando conoció el programa Stroller Strides, una forma de hacer ejercicios al aire libre que les permite a las madres sudar la gota gorda sin tener que separarse de sus bebés.

En enero pasado, Toro se certificó en California como entrenadora de este sistema y, desde septiembre, imparte las clases de Stroller Strides los lunes, miércoles y viernes en el Parque de Torrimar, en Guaynabo, y los martes en las tardes en Puerta de Tierra, San Juan.

En ellas no parecen existir excusas para no hacer ejercicio, pues lo único que las mamás necesitan es ponerse ropa deportiva y colocar a su niño o niña en su coche.

“Básicamente es un programa de ejercicios en el que se incorpora el coche, el medio ambiente y el bebé para hacer un entrenamiento de cuerpo completo que dura aproximadamente 60 minutos por sesión”, explicó Toro, quien predica con el ejemplo, pues mantiene una buena figura y se encarga de transmitir energía positiva al grupo de mamás.

Ejercicio de pies a cabeza

En una clase habitual de Stroller Strides las mamás se ejercitan en unas cinco estaciones distintas, realizando rutinas que fortalecen los músculos de sus brazos, piernas, abdomen y glúteos, todo mientras se interactúa con el bebé (que permanece en su cochecito).

En las sesiones no es nada extraño escuchar a las mamás cantando a coro la música de Atención, Atención mientras tonifican sus bíceps, verlas haciéndoles morisquetas a sus pequeños en pleno set de push ups y hasta soplándoles burbujas de jabón para entretenerlos.

“Utilizamos bandas de resistencia, incorporamos ejercicios cardiovasculares -como correr o power walk-, hacemos squads y tonificamos bíceps, tríceps, abdominales y los laterales. Al final de la rutina, es bien importante estirar y, como siempre antes de acabar, ‘el mejor estiramiento es la sonrisa’”, destacó Toro.

“Si un día algún bebé está quejoso o llorando, la mamá puede sacarlo del coche para calmarlo y nadie la va a juzgar. O si una mamá se queda en una estación porque esta lactando a su niño, puede sentarse en un banquito y, cuando termine, volver a incorporarse a la clase sin ningún problema”, observó la instructora certificada.

En cuanto a la edad que deben tener los niños, Toro indicó que ha tenido en sus clases a mamás con bebés “tan chiquitos como de cinco meses”, aunque aclara que pueden ser incluso más pequeños.

“Después que la mamá tenga el ok de su doctor después de dar a luz, ya ella puede ir con el bebé. Así que más o menos estamos hablando de unas seis semanas luego de parir, siempre y cuando el bebé esté en un coche seguro y bien amarradito”, subrayó.

Encantadas con la experiencia

Las mamás que acuden a las clases en Torrimar confesaron estar felices con la oportunidad de cuidar a sus chiquitines mientras se ejercitan.

Para Jessica, terapista del habla, el mantenerse saludable y en buena condición física sin separarse de su primogénito Francisco Javier, de siete meses, ha sido una experiencia ideal.

“Yo quería volver a caer en forma (después del embarazo) y quería hacer algo que fuera en conjunto con mi bebé, porque quiero pasar el mayor tiempo con él. Cuando me enteré de estos ejercicios me pareció excelente, así que lo probé y me encantó. Llevo tres meses haciéndolos y me siento más fuerte y con mayor resistencia”, señaló Jessica, una de las fieles mamás que acuden a las clases.

“Al principio yo creía que era algo suavecito con las mamás, pero en realidad no. Se hace mucho ejercicio, uno lo siente. Aparte me gusta porque, además de ejercitarme, comparto con otras madres mis experiencias y mi bebé interactúa con otros bebés”, manifestó la joven madre.

Alice, otra de las que integran las clases de Stroller Strides, coincide en que las sesiones de ejercicios son una buena manera de socializar con otras mamás, mientras los niños la pasan bien.

“La experiencia ha sido excelente. No sólo uno comparte con otras mamás -que siendo mamá primeriza es un plus-, sino que el niño comparte con otros, juega y socializa”, expresó la contable, quien practica las sesiones junto a su hijo Adrián, de diez meses.

Sus beneficios

1   Aumenta los niveles de energía de la mamá.

2   Mejora notablemente su estado de ánimo.

3   Hace que se vean y se sientan mejor.

4   Fortalece el importante vínculo con el bebé.

5   Reduce la incidencia de la depresión posparto.