El salón de clases con la pizarra verde está en peligro de extinción.

Las clases, que por décadas estableció la dinámica entre un maestro que imparte una lección y los estudiantes que escuchan,  ya está obsoleta, según estudios realizados por   universidades como Harvard y el Massachusetts Institute of Technology.

Los niños de hoy son definidos como nativos digitales, o aquellos que nacieron después de 1980 y que han tenido acceso a la tecnología digital desde muy temprana edad. 

Ante esa nueva realidad expertos se han dado a la tarea de presentar el material educativo de maneras más atractivas. Y es que la tecnología es hoy una herramienta  para los salones de clases, y no solo entretenimiento.

En Puerto Rico, hace seis años, el doctor Ricardo Dreyfous desarrolló con su compañía Dreyfous & Assoc., el sistema educativo Edusystem, en el que los currículos de prekínder a cuarto año son digitales.

Michelle Linares, gerente del departamento de Digital Learning de esta compañía, recuerda que al inicio era un gran reto pues tenían que cambiar la mentalidad de estudiantes, padres y maestros, pues sustituirían los libros por un medio tecnológico.

 “Nuestros niños son multisensoriales y ya no están acostumbrados a tener un medio estático”, explicó  Linares.

Distintos programas educativos basados en la tecnología utilizan unas pizarras electrónicas en las que se descarga el material, puede escribirse en ellas y son táctiles. Dicho concepto permite presentar las materias  con gráficas, datos, fotografías y ejercicios. También puede llevar de manera más continua el material diario, pues aunque falte la maestra, los estudiantes y otro profesor sustituto tendrán acceso a él.

“Los resultados han sido evidentes. Grupos de estudiantes que antes estaban rezagados en todo lo que son destrezas académicas vemos cómo mejoran al traer un elemento interactivo, multisensorial que se ajusta a las necesidades particulares de cada uno. Se tiene un contenido actualizado, porque no hay que esperar una próxima edición de un libro para tener una información actualizada. Por ejemplo, ya tenemos lecciones de cómo prevenir el zika como parte del currículo. Al ser un contenido digital se puede actualizar de manera fácil”, dijo Linares.

La directora María del Rosario Hernández fue una de las primeras  en integrar este sistema en su escuela, el Colegio Discípulos de Cristo en Hato Tejas, Bayamón. Su experiencia le hizo entender que los maestros deben utilizar métodos de enseñanza variados para capturar la atención de los estudiantes.

“Me impactó, porque responde a los diferentes estilos de aprendizaje, integra la tecnología, tiene una gama amplia de estrategias, métodos y fuentes de información. Tan amplia que el maestro tiene la potestad de  adaptarlas. También me impactó porque promueve mucho el desarrollo del pensamiento crítico y el uso de la razón lógica. Me acuerdo que hace años, el College Board hizo un estudio de por qué los estudiantes tenían por cientos bajos y se llegó a la conclusión que los estudiantes no razonaban”, relató Hernández.

La directora optó por ofrecer la plataforma digital, a pesar de que ella no dominaba la tecnología, pues es consciente de las necesidades de los niños de hoy. No pasó mucho tiempo para que supiera que había tomado la mejor decisión.

Presente en la educación pública

Las escuelas públicas del País también están integrando currículos digitales a su sistema.

En  el 2014, el Departamento de Educación (DE) actualizó su plan de tecnología dándole prioridad a mejorar la infraestructura de las escuelas, proveyéndoles buena conexión al Internet por medio de fibra óptica.

Maribel Picó, principal oficial de Informática del DE, indicó que  las escuelas con wi-fi son las que cualifican para el programa de E-Rate, que opera con fondos federales y ayuda a costear herramientas tecnológicas.

El darle acceso al Internet a los estudiantes es una de las preocupaciones mayores que tienen los directores, padres y maestros. Sin embargo, Picó explicó que hay leyes  que los protegen.

“Una de las estrategias es que tanto los maestros como los estudiantes traigan su equipo personal con la estrategia llamada Bring Your Own Device. Puede ser una tableta o un teléfono celular, pero como parte de la ley CIPA (Child Internet Protection Act) que nos exige protección para el estudiante, el DE tiene un programa de filtración de contenido donde no se permite acceso a ningún sitio que sea inadecuado”, explicó Picó.

El DE tiene, además,  700 escuelas que cuentan con la plataforma La Nueva Escuela Virtual, que tienen las pizarras electrónicas y el currículo digital.

“Es un plan en el que los estudiantes tienen acceso a materias básicas de séptimo  a cuarto año, y español y matemáticas para nivel elemental.  Es interactivo, los maestros pueden planificar sus clases y los estudiantes tienen acceso todo el tiempo para estudiar y hacer las asignaciones”, destacó.

La oficial coincide con Hernández y Linares que el aumento de atención es uno de los mayores beneficios que tienen las nuevas herramientas.

“Estamos viéndolo en todo nivel, incluso los mismos estudiantes impulsan a los maestros a esa enseñanza con unas herramientas virtuales. Tuve la experiencia en una escuela virtual y, definitivamente, la atención de esos estudiantes se ve, los mantienen cautivos. Ahora tienen una estimulación visual y los muchachos de hoy quieren todo ahora y rápido, y esa es otra de las ventajas”, concluyó Ortiz.