Una pequeña glándula en la parte frontal de tu cuello juega un papel fundamental en regular tu metabolismo. Se trata de la tiroides y cuando estás embarazada es de vital importancia constatar que está funcionando adecuadamente, ya que puede afectar tanto tu salud como la de tu bebé.

El diagnóstico médico

En la primera visita al ginecólogo, luego de confirmar el embarazo, la mujer debe someterse a una serie de pruebas de rutina. Entre estos análisis de sangre no debe faltar el de TSH para verificar el funcionamiento adecuado de la tiroides.

“Hay mujeres que llegan al embarazo con una condición de la tiroides y no lo sabían. El hipotiroidismo es una condición médica que pasa muchas veces desapercibida por el paciente, pues el síntoma principal es el cansancio”, acota el doctor Miguel Vázquez Guzmán, ginecólogo obstetra. El especialista añade que durante el embarazo la tiroides se estimula más, por lo cual aún las mujeres que saben que padecen de hipotiroidismo necesitarán que se les ajuste la dosis de la medicina, muchas necesitarán hasta un 50% de aumento en la medicina.

Por lo tanto, esa primera visita al doctor debe llevarse a cabo en las primeras semanas de gestación, en cuanto sabes que estás encinta. “La mujer que tiene hipotiroidismo, padecimiento que se caracteriza porque la glándula de la tiroides no libera la suficiente cantidad de hormonas, debe monitorear muy de cerca la condición durante el embarazo para asegurar que tanto ella como el bebé estarán saludables”, acota el galeno, quien añade que el hipotiroidismo en el embarazo y en el periodo posparto es mucho más común que el hipertiroidismo. “El 25% de las mujeres embarazadas pueden padecerlo durante el embarazo o luego de dar a luz”, explica.

Según el ginecólogo, “los valores para diagnosticar hipotiroidismo han cambiado y la Sociedad Americana de Endocrinología ha creado nuevas guías. Un valor mayor de tres en la prueba TSH significa que la paciente padece de hipotiroidismo”.

En casos de hipertiroidismo, ocurre lo contrario. La glándula de la tiroides produce un exceso de hormonas y es una condición poco común en el embarazo. “Sólo se ve en 2% de los embarazos y, de esos casos, el 95% de ellos es debido a la enfermedad de Graves”, menciona el doctor Vázquez Guzmán. Las personas que tienen la enfermedad de Graves tienen los ojos brotados, padecen de sudoración en las manos, ansiedad y son delgados.

El tratamiento

Las buenas noticias son que los problemas de la tiroides pueden controlarse con medicamentos. “Las medicinas para regular el funcionamiento en el hipotiroidismo no presentan ningún riesgo para el bebé”, afirma el especialista. Es importante monitorear la condición para poder llevar a cabo los ajustes necesarios en la dosis. “Después de determinar la dosis inicial para el embarazo, se debe hacer una revaluación cuatro o seis semanas después. Si no hay cambios en la dosis, se debe revaluar cada seis a ocho semanas a la paciente”, explica el doctor Vázquez Guzmán.

Como con el hipotiroidismo, al tratar el hipertiroidismo la clave está en el cuidado médico y en seguir tomando los medicamentos recetados. “Hay ciertos medicamentos, como el yodo radioactivo, que no son seguros durante el embarazo, pero hay otras alternativas”, afirma el ginecólogo obstetra. En raras ocasiones, el hipertiroidismo no logra controlarse con medicamentos y se recomienda la remoción de la tiroides. “Esta operación es poco frecuente durante un embarazo, pero se suele llevar a cabo en el segundo trimestre. Luego de la cirugía, la paciente tendrá que seguir tomando medicamentos, pero para el hipotiroidismo”, añade el galeno.

El periodo posparto

Después de dar a luz, la mayoría de las mujeres que padecen de la tiroides necesitarán monitoreo médico constante. “En esta etapa hay mucha inestabilidad en las hormonas y hay que hacer ajustes continuos de la dosis en mujeres con hipotiroidismo. De hecho, algunas mujeres que han tenido un embarazo saludable y que no padecieron de la tiroides durante el embarazo pueden desarrollar hipotiroidismo después de dar a luz”, afirma el doctor Vázquez Guzmán. Entre otras cosas, esta condición puede afectar la producción de leche de la mamá, dificultando la lactancia. Los medicamentos para el hipotiroidismo, sin embargo, son seguros y se pueden usar, aunque la mamá esté lactando.

En algunas ocasiones, la condición de hipertiroidismo de la mamá puede afectar el funcionamiento de la tiroides del bebé. Además de monitorear esto en el embarazo mediante sonogramas, el bebé debe someterse a pruebas de la tiroides al nacer. “Ésta es una prueba que se lleva a cabo de forma rutinaria en todos los bebés recién nacidos”, explica el especialista.