Dicen que con dinero, todo se puede comprar o rentar... hasta una madre. 

Ese es el negocio de Nina Keneally, de 63 años de edad  (madre de dos hijos adultos) que se mudó de una urbanización de Bushwick, a Brooklyn, New York, según reportó ABC News

A través de su sitio web, Need a Mom, Keneally maneja el negocio en el que comparte su experiencia maternal y ofrece servicios temporales de manejo de estilo de vida y apoyo.

El sitio web incluye una nota aclaratoria en la que se especifica que "no es una terapista profesional ni consejera". 

La mujer cobra $40 por hora a aquellas personas que necesitan consejo o apoyo y, según el citado medio, publicó un anuncio la semana pasada en el Bushwick Daily y fue "bombardeada" por solicitudes de clientes desde entonces. 

La empresaria comentó que su negocio está dirigido a profesionales jóvenes que están tratando de hacerse de un sitio en la gran ciudad. 

Keneally, se expuso en el medio, pasó 30 años de su vida trabajando como productora teatral mientras criaba a sus hijos, producía disfraces de Halloween y "atendía juegos de Pequeñas Ligas".

"Muchos de ellos (sus clientes) tienen padres y madres amorosos, pero no entienden como es vivir en la ciudad y mantener los sueños y aspiraciones", acotó ella. "Toma mucho de ti". 

Ella también está interesada en aconsejar padres jóvenes que no tienen familia cerca y no saben como manejar su nuevo rol. 

Sin embargo, dejó algo claro. "No voy a cuidar bebés ni nada que se le parezca", advirtió. 

El negocio de Keneally tuvo un lento comienzo la semana pasada, dijo, porque ella no podía encontrar la manera de crear un sitio web. "¡Mi hijo dijo que sería tan fácil!", manifestó. 

Keneally logró desarrollarlo y ahora, las solicitudes están entrando y explico como, por ejemplo, una cliente le pidió que se sentara con ella mientras realizaba la limpieza de su armario para ofrecer su asesoramiento "sin prejuicios" sobre qué conservar y qué tirar.

Uno de sus potenciales clientes, incluso, le comentó que "su madre se moriría si se enterara" de que está recibiendo los servicios. 

Otro, por ejemplo, le preguntó: "¿Estaría usted interesada en charlar conmigo mientras yo trabajo y me mantiene concentrado en la tarea durante un par de horas?". 

Otro, solo quería una carta de la correspondencia, completada con papel y sellos. 

"Soy una madre", expuso. "Tengo un corazón blandito sobre estas cosas", concluyó.