“¿Nos va a matar a todos?”. “No me quiero morir”. “¿Qué pasa si el ébola llega a Puerto Rico?”.

Si para los adultos, temas como los contagios con ébola o chikungunya pueden causar preocupación y estrés, para los niños, que no tienen todos los elementos para manejar la información que se transmite a diario por los medios, puede llegar a ser traumático. Entonces, ¿cómo hablarles de prevención sin estresarlos?

La clave para abordar el tema con los niños está en no crear pánico. La edad, la forma en la que el adulto se expresará y los ejemplos son elementos a considerar para poder dar una explicación correcta, sencilla y libre de traumas.

La primera recomendación a los padres es identificar la etapa de desarrollo del niño, ya que de eso dependerá su nivel de comprensión con respecto al tema.

La sicóloga clínica Iris Cátala recomienda que tanto los padres como los maestros deben tomar como base para sus explicaciones las publicaciones que ha hecho el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) sobre cómo comunicarles a los niños datos del ébola y del chikungunya.

Cátala enfatizó que es importante alertarlos sobre las condiciones que se reseñan recientemente en los medios y que, por ende, son los temas que se están discutiendo en la calle. “El acercamiento inicial debe ser explorar cuán relacionado han estado con el tema y de esa forma se sabe lo que les han dicho y ahí se clarifican cosas que son confusas”.

Cómo explicarles

“Una de las cosas importantes es explicarles en un tono afable, adecuado, que sea normal, no para alarmar. La intención de transmitirles la información a los niños, es que el mensaje no es de alarma, sino de prevención”, puntualizó la consejera con preparación en intervención sicosocial ante catástrofes.

Cátala señaló que es importante que el adulto esté situado al lado del niño cuando le esté explicando por ejemplo, si el niño está sentado, se debe sentar a su nivel. De esta forma, se creará un ambiente cómodo para el niño y hará que se sienta cómodo y seguro, además de que esta ubicación les permitirá a ellos expresarse mejor.

Detallar las acciones a tomar

A los niños más grandes, “se les debe clarificar qué es cada uno de estos virus y qué acción tomar, cómo protegerse y cómo se manifiestan (los virus)”, señaló Cátala.

En cuanto a los síntomas, hay que explicárselos de una forma en que el menor conozca sus mecanismos de acción sin entrar en pánico.

La conversación debe ser un todo, que incluya la explicación de la condición, las acciones a tomar para prevenir el contagio y cómo identificar los síntomas.

En el caso del virus del chikungunya, se les tiene que enseñar el horario donde hay más mosquitos, el uso correcto de los repelentes y los lugares adecuados para utilizar los artículos con los que se previenen las picadas. Por ejemplo, las pulseritas cítricas se deben usar en espacios abiertos y no cerrados para que el olor de estas no les cause problemas a los menores.

El adulto como ejemplo

Los adultos son el modelo a seguir de los niños, así que la manera en la que los menores reaccionan a estos temas depende de la forma en la que el adulto lo esté manejando. Si el adulto está histérico y en pánico, así estará el niño. “Tenemos que tener cuidado cómo ese adulto, incluyendo padres y maestros, estén reaccionando de forma invertida y no se percaten de que hay un niño que los está modelando”, detalló. 

Por su parte, la sicóloga clínica, Ingrid Marín coincide al señalar que “es bien importante que estas conductas (temor y ansiedad) son traídas de lo que ven (los menores) en el hogar”.

Si el menor comienza a comportarse de una manera extraña y a presentar episodios de ansiedad, que antes no existían, se debe recurrir a una consulta sicológica.

“Si lo vemos retraído, cambio de conducta, miedo a separarse de los padres, podría ser que esté somatizando”, señaló Marín,

Para más información sobre estas condiciones puede visitar la página del Centro para elControl y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.