Las palabras que salen de las bocas de los papás son fundamentales en el desarrollo y educación de los hijos.

Algunas frases pueden parecer inofensivas pero en el fondo no lo son y pueden causar daños en el pensamiento de los niños.

Te compartimos algunas de las  que se deben evitar a toda costa frente a los pequeños.

“¿Por qué no eres como tu hermano?”

Comparar a los hijos es una de las peores cosas que un padre puede hacer y lo único que provoca es odio y resentimiento. Hay que aceptar, valorar y apreciar a cada uno de los hijos con sus diferencias y similitudes, con sus cosas buenas y malas, pero jamás compararlos y mucho menos hacérselo saber.

“Sé que puedes esforzarte más”

Esta frase puede ser muy usada para tratar de motivar a los hijos, pero ellos pueden percibirla como falta de satisfacción en su esfuerzo.

Una mejor manera de motivarlos es aplaudirles y felicitarlos cada vez que tengan un logro, diciendo algo como: “Felicidades, ese tiempo extra que le dedicaste a tu tarea realmente hizo la diferencia”.

“Te lo dije”

Decirles continuamente la frase “te lo dije” implica que los papás siempre tienen la razón y los hijos nunca, lo cual puede provocar una baja autoestima. Es preferible usar alguna otra frase como: “Era mejor hacerlo así”.

“Porque yo lo digo”

Esta frase es la manera más fácil de terminar una discusión, sin embargo, es muy mala, pues les quita razonamiento a los niños. Por muy molestos que estén o por mucha prisa que tengan, lo mejor es siempre explicar a los hijos el porqué de las cosas.

 “Así no es cómo se hace. Déjalo, que yo lo hago”

Es importante tenerles paciencia a los hijos y no desesperarse porque las cosas no las están haciendo bien. Si ya lleva muchos intentos y no logra hacerlo, entonces se les puede decir alguna frase como: “Mira, déjame, te enseño un truco para hacerlo mejor”.

(Fuente: La Voz)