Milan.- La corte más alta de Italia exoneró ayer a Domenico Dolce y a Stefano Gabbana de evasión fiscal, en un caso que alcanzó tal encono público que el año pasado ambos diseñadores cerraron sus tiendas en Milán varios días en señal de protesta.

La Corte de Casación en Roma anuló dos condenas emitidas por cortes inferiores contra Dolce y Gabbana al afirmar en el fallo que los acusados no habían incurrido en delito alguno.

El tribunal también absolvió al contador fiscal de los diseñadores, a dos gerentes y al hermano de Dolce, en decisiones que pusieron fin a una batalla judicial que había durado siete años.

"Siempre hemos sido honestos y estamos extremadamente orgullosos de este reconocimiento de la Corte Italiana de Justicia. Viva Italia", dijeron Dolce y Gabbana en un comunicado.

El abogado defensor Massino Dinoia dijo en Roma en consulta telefónica que el fallo constituía "una resonante victoria".

Los fiscales habían argüido que una compañía luxemburguesa propietaria de la marca de los diseñadores fue establecida con la intención de evadir impuestos en Italia.

La exoneración al parecer desecha esa conclusión, pero Dinoia dijo que los motivos de la corte no estarán claros hasta que dé a conocer su razonamiento antes de 90 días.

El caso suscitó un roce con un funcionario de la ciudad de Milán que había dicho después de las condenas emitidas en tribunales inferiores contra ambos diseñadores que no debería permitirse a los evasores fiscales el uso de espacios en la ciudad.

Los diseñadores cerraron durante tres días en protesta sus tiendas en Milán.

Expertos señalaron que la estructura corporativa que emplearon los diseñadores de vender la marca a una empresa con sede en Luxemburgo que después volvió a extender los derechos en Italia era una práctica frecuente que duró algún tiempo pero dejó de estar de moda ante los cambios en las leyes y los códigos fiscales.

Dolce & Gabbana transfirieron ellos mismos la compañía de Luxemburgo a Italia después de que surgieran los primeros cuestionamientos, declaró Dinoia.

Ambos diseñadores fueron condenados en cortes inferiores por no declarar a las autoridades fiscales italianas ingresos por 200 millones de euros (268 millones de dólares) con la compañía en Luxemburgo a pesar del argumento del fiscal para que se desecharan los asuntos.