Cuando la entrenadora física Liz Krueguer de Minnesota eligió un mini vestido entallado para lucir en la boda de una amiga jamás pensó que recibiría tantas críticas.

La experiencia se convirtió para la joven de 31 años en una muestra de lo poco solidarias que pueden ser las mujeres entre sí.

“Si solo hubiese sabido que ponerme este vestido en un día con una temperatura de 90 grados significaría que tantas mujeres iban a ser tan abiertamente rudas conmigo”, escribió en su cuenta de Instagram.

Fueron varias las situaciones que hicieron sentir incómoda a Krueger, durante la recepción. Estando parada una invitada le dio una nalgada al pasar detrás de ella. En otro momento se dio cuenta que un grupo de mujeres en estado de embriaguez hablaban de ella y se reían. Éstas eventualmente la rodearon.

“Una de ellas me viró cerveza en un brazo y ni se disculpó. No estoy segura si fue intencional, pero ocurrió. Las miradas fijas continuaron después de eso y me hicieron sentir rechazada y avergonzada”, dijo Krueger a US Weekly.

La experiencia motivó a la entrenadora a crear el movimiento #KruegerKindness, con el propósito de crear conciencia a que las mujeres se apoyen las unas a las otras.

“Mi prioridad será hacer cosas buenas para otras mujeres cada día de aquí en adelante”, escribió.

La imagen de Krueger con el vestido se ha hecho viral y muchas las personas que le han demostrado su apoyo en las redes sociales.