Muchos adolescentes le declaran la guerra a los esteoreotipos de belleza con el "Don’t Judge Challenge”, pero, a juicio de algunos, el reto, los refuerza aun más. 

Para el reto, muchos jóvenes se graban a sí mismos con maquillaje nada favorecedor, en los que aparecen con "unicejas", pecas, lunares, vello facial, granitos y dientes espantosos, además de un descuidado arreglo de cabello y espejuelos. Al final, parecen una caricatura. 

Luego, acercan una mano al lente de la cámara y reaperecen tal cual son, arregladitos, y de los más bonitos. 

O sea, los jóvenes publican en la Internet versiones "feas de sí mismos" y luego, aclaran que realmente, son de buen ver. 

A muchos detractores la práctica viral les parece que la misma refuerza los prejuicios y está lejos de combatir el bullying, pues establece que si una persona tiene una o varias de las características que se presentan al principio, no es deseable y sí puede ser juzgada. 

Por otro lado, otros piensan que estos vídeos crean una caricatura de ciertas personas que tienen unos rasgos físicos en particular, haciéndolos sentir mal con ellos mismos.  

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