latillos creativos de alto nivel, algunos con toques criollos, se sirven a diario en las mesas de En Boga Restaurante & Gastrobar, un espacio gastronómico que tiene de todo para triunfar en el panorama gourmet local.

El restaurante –ubicado en la avenida De Diego, en Puerto Nuevo– lleva ya nueve meses sorprendiendo con sus ingeniosas recetas confeccionadas por el chef y propietario Pedro Torres, quien maneja sus ollas y sartenes con un claro objetivo: popularizar una nueva cocina internacional, presentada con ingredientes típicos y hecha con técnicas vanguardistas.

En el menú destacan, por ejemplo, las vieiras selladas sobre maduros, reducción de agave y mostaza; el filete de res acompañado de un fondue de queso Stilton, coronado con sorullitos gnocchi; y el pork belly glaseado servido con croquetas de mofongo y ensalada de chayote, que brinda la frescura al plato.

Son, sin duda, curiosidades culinarias que valen la pena saborear y de las que el chef Torres está particularmente orgulloso, principalmente porque dejan ver sus “huellas digitales” como cocinero.

“A la gente le ha gustado mucho el que yo esté mezclando las cosas de aquí con las de la cocina global, como hacer un risotto de patitas de cerdo. El risotto es algo italiano y, al mezclarlo con el corte de cerdo, lo hacemos criollo. Pues eso es lo que yo trato de hacer: modernizar lo que es la comida de nosotros, pero integrando técnicas modernas y fusionando las cocinas de diferentes partes del mundo”, explica el chef Torres, con 12 años de experiencia en la industria.

“Yo aquí he hecho hasta guanimes con bacalao, pero los he transformado. En vez del guanime regular, lo que he hecho es un tipo de gel con el sabor del guanime para darle una textura diferente y lo acompaño con una espuma de coco. También, los sorullitos son en forma de unos gnocchi plateados sobre un fondue de queso, que es bien distinto a verlos con mayoketchup. Lo describo como cocina criolla con ese twist moderno”, detalla.

Influencias de la abuela

Aunque su creatividad y técnicas como chef son innegables, la fórmula del éxito de Torres se debe en gran medida a que ha sabido conservar precisamente el toque boricua en todo lo que hace.

De su abuela heredó esa pasión por la comida autóctona, y fue en su cocina en donde pasó sus primeros años formándose entre fogones, recetas de campo e ingredientes frescos.

“Yo soy de Barranquitas y me crié con mi abuela, que era lo que yo llamo una chef de campo. Ella hacía todo lo que eran los gustitos criollos y de ahí es que yo saqué lo criollo. Cuando comencé a estudiar, me enfoqué en la comida internacional, como muchos que empiezan en esta profesión, pero después me di cuenta de que a nosotros lo que nos gusta es lo de aquí. Y ese giro típico es lo que ha sido la fórmula ganadora de En Boga”, recalca.

Entre los platos más demandados del restaurante están el filete de dorado con un crust de chicharrón, acompañado de un risotto de gandules, y la pechuga de pollo en una salsa de chorizo, bacon y dátiles, que aportan una deliciosa cuota de dulzor.

La carta de tentadores postres incluye, por su parte, las originales barriguitas de vieja bañadas en dulce de leche y el budín de mallorca con guayaba y queso del país servido con helado de vainilla, que cautiva a los amantes del dulce.

En cuanto a la decoración del restaurante, éste se distingue por ser un espacio sencillo pero acogedor. En su interior predominan las mesas de madera, amplios pizarrones en las paredes –unos con el menú, otros con mensajes de los comensales– y los detalles de aire retro.