Sorprendentes huevos azules de gallinas araucanas, jamón de llama y wagyu (bovino) de la Patagonia, charqui (carne deshidratada) de cabra o aceite de palta (aguacate), son algunos de los productos que paladean los chilenos y que se ofrecen en la feria Encuentro Chileno de Nuestra Cocina (Echinuco).

La segunda edición de la muestra gastronómica, que comenzó este jueves en Santiago y finaliza el domingo, ofrece al público una gran variedad de productos chilenos "desde Punta Arenas, por el sur, hasta Arica, por el norte", explicó a Efe Rosita Parsons, promotora de la feria y que apuntó que es "un desafío personal".

"El objetivo que tiene es validar y rescatar la tradición de la gastronomía chilena, que la gente conozca y deguste los productos chilenos", indicó Parsons.

Ubicado en el parque Bicentenario de Santiago, Echinuco cuenta con 120 expositores de diversas partes de Chile, un 50 % más que hace un año.

En ella no faltan las tradicionales empanadas, de pino (carne, cebolla, aceituna, huevo, pasas), de mariscos y de queso, el lomo vetado, el pisco o el vino.

Iván Valverde es "sommelier" en Viña Bisquertt, una empresa familiar que tiene más de treinta años.

"Nuestro objetivo aquí es poder acercar nuestros vinos, nuestra propuesta vitivinícola a la gente, que tengan una alternativa distinta y que prueben nuestro vino de calidad, de Colchagua" (una de las zonas con mejores viñedos del país), resaltó.

Los cerca de 30.000 visitantes que Rosita Parsons espera en la muestra, no sólo se detendrán en los productos más conocidos, sino que sus ojos se dirigirán hacia las nuevas delicias o manjares desconocidos que se encuentran allí.

Como por ejemplo el aceite de palta de Raúl Uribe. "La principal diferencia respecto al resto de los otros aceites es que al cocinarlo los sabores de los alimentos no cambian. Eso se debe a que su punto de humo es más alto, 250 grados", afirmó a Efe.

También llama la atención entre esta amplia gama de condimentos el vinagre orgánico de mora, frutilla (fresa) o manzana de Bulnes, en el sur del país.

Singulares son las mermeladas y confituras que Doña Lorenza del Carmen elabora con su hermana y su madre.

Lorenza remarcó que son "del Valle del Huasco", en pleno desierto de Atacama, el más árido del mundo. Se mostró muy firme al ser preguntada si vende sus productos a los supermercados: "Ni por nada del mundo. Para hacerlo habría que masificar nuestro producto y no sería lo mismo", apostilló.

En un país, cuyas tierras parecen interminables de norte a sur y con grandes territorios sin poblar, no faltan defensores de la ganadería tradicional, en la que los animales campan a sus anchas.

Roselía Becerra da muestras de ello. "Nosotros criamos vacas, que pastan en nuestras praderas, luego las ordeñamos y después hacemos el queso", explicó orgullosa desde su expositor.

En tanto, la materia prima de otro de los exponentes, Nicanor Rojas, son las cabras. Queso fresco, manjar (dulce de leche) y charqui (carne deshidratada) es lo que ofrece a quién se acerca a su puesto.

En la jerga popular dicen que la curiosidad mató al gato. Y ello le debió pasar al felino al acercarse a ver los singulares huevos de gallina de color azul que Mario Osorio y su mujer enseñan al público.

"Son de gallinas araucanas", enfatizó. "Originarias de Chile, son las únicas en el mundo que ponen los huevos azules. En realidad, van de la tonalidad celeste al verde musgo", indicó Osorio a Efe.

El huevo "tiene la cáscara más dura, con menos porosidad, dura más en el tiempo, es bajo en colesterol, su yema es amarillita y el sabor es indiscutible. Más sabroso que el que se consume en la ciudad", subrayó.

El hábitat, a 570 kilómetros al sur de Santiago, y la alimentación de las gallinas araucanas de Osorio es natural. "Se están extinguiendo, estamos tratando de recuperarlas", concluyó.

Productores y distribuidores comparten espacio en Echinuco.

Felipe, Sebastián y Gabriel son tres jóvenes universitarios que se han lanzado al mundo empresarial hace pocos meses con la creación de "Sabor Patagónico". Y parece que no les va nada mal.

La labia de Gabriel atestigua que sabe lo que hacen. "Somos distribuidores. Fuimos a la Patagonia chilena y seleccionamos los mejores productos de la zona", señaló a Efe.

"Ofrecemos queso, cerveza de Valdivia sin filtrar ni pasteurizar y jamón de jabalí, cordero, llama y wagyu (bovino de origen japonés)", apuntó el joven emprendedor, quien aprovecha la muestra para ofrecer pequeñas degustaciones a los visitantes, acompañadas de una fría cerveza. Sorprendidos es el mejor adjetivo.