Cuando le pedimos al diseñador puertorriqueño Nono Maldonado que nos hablara sobre la minifalda, lo primero que nos advirtió fue: “Bueno, hagamos un poco de historia”.

De inmediato, mencionó a Mary Quant, la modista británica que la mayoría acredita con la invención de la coqueta prenda de ropa. Acto seguido, Maldonado aclaró que, casi a la misma vez, en París, el diseñador André Courrèges presentaba en su pasarela faldas cortísimas que tenían la misma proporción que las de Quant.

“Eso sí”, continuó Maldonado, “Quant fue la responsable de las botitas blancas (al tobillo), la gorrita de jockey y las chaquetitas espaciales tipo Balenciaga. En ese momento, no todo el mundo las usaba (las minifaldas); era solo cierta elite (que las lucía). Luego llegó a las masas”, mencionó.

Imprescindible: juventud

En esencia, para Nono Maldonado eso es lo que estas faldas cortas representan. Claro que, haciendo la salvedad de que, aunque no necesariamente hay que ser una adolescente o una veinteañera para ponérsela, sí es imprescindible que la mujer sea joven.

“No todo el mundo puede llevarla. Para llevarla apropiadamente hace falta tener la edad correcta, buena figura y, por supuesto, buenas piernas. No puede haber celulitis y en las (mujeres) llenitas, muy llenitas… no son lo correcto”, afirmó.

Pero, bien llevadas, de acuerdo con Maldonado, las minifaldas son “lo más fresco, lo más divino, es algo muy sensual. Ahora están muy de moda. Se usa el jumpsuit bien cortito. Para primavera-verano, tanto la minifalda como los hotpants necesitan la misma proporción”, recalcó.

¿Y las que insisten?

Sin rodeos, el modisto argumentó que, aunque algunas mujeres más adultas se la pongan, “pienso que es una equivocación total. ¡Es que no puede pasar! ¡La minifalda no puede pasar de la frescura de la juventud!”. En su opinión, cuando las féminas maduras se la ponen, “caemos en desgracia, caemos en (ser) fashion victim y eso es lo que queremos evitar”.

A nuestra insistencia, Maldonado reconoció que, no obstante, hay mujeres de “cuarenta y pico con un cuerpazo” que se ponen sus minifaldas para exhibirse en la playa, por ejemplo. “Pero las cosas, cuando no están bien puestas, no caen muy bien. El concepto de la estética, si no se basa en la armonía”, en este caso, de edad y de figura, “perdemos completamente la belleza del total look. Ese concepto de estética nos aplica en todo. Hay que tener gran conciencia, como con todo; hay ciertas cosas que no se deben hacer después de ciertas edades”, sentenció.

Código minifaldero

A pesar de que, como bien expresó Maldonado, en su pasarela “siempre ha habido miniskirts”, advirtió que, para llevarlas, “hay reglas de decencia. Si te vas a sentar, no va a estar todo al aire”.

De otra parte, el diseñador le ve espacio a la minifalda en un sinfín de ámbitos: “Desde sport, de día, hasta de noche para un cóctel con una chaqueta y los zapatos adecuados. De día en hilo o en hilo stretch; de noche, en tafeta, son preciosas. Todo se vale dentro de la proporción y el colorido de la temporada. Ahora hay una libertad muy grande” dijo, refiriéndose a los materiales y colores. “Me parece muy bien para que la mujer pueda ponerse lo que verdaderamente le va bien porque lo que muchas veces ocurría, era que el dictado de la moda era tan fuerte, que le quedara bien o no le quedara bien… ¡las mujeres se lo ponían!”, acotó.