¿Te afecta la idea de envejecer? ¿Te aterra cada vez que una arruga asoma en tu rostro?

Lucir una piel joven durante toda una vida es un anhelo muy compartido. Por eso no sorprende la cantidad de productos y procedimientos estéticos dirigidos a alejar toda señal de envejecimiento de nuestro cuerpo.

Mostrar interés en cuidarnos con miras a lograr esta meta, no debe sorprendernos. Lo que sí es materia de asombro es cuando este propósito se convierte en una obsesión, unido al pavor de mostrar en la piel las señales típicas de la edad. A esto se le conoce como ritifobia.

“El origen de esta condición se fundamenta en el tipo de cultura como la nuestra, en la que la juventud es un valor”, menciona el psicólogo Carlos Sosa. “Son personas cuyo autoconcepto lo fundamentan en esa imagen que quieren proyectar, que está dentro de los parámetros de lo que es valorado culturalmente”, en este caso, ser joven.

El doctor añade que en las personas que muestran esta condición “puede surgir una preocupación excesiva de no ser querido y aceptado por no cumplir con los parámetros de esa imagen que quiere proyectar”. Además, “es una persona bien insegura, que necesita aceptación incondicional de la gente que la rodea. Puede pensar ‘si no me veo joven, no me va a querer nadie’”, explica mientras aclara que, aunque “muchas veces pensamos que las mujeres son las que presentan esta situación”, lo cierto es que “muchos hombres también tienen esta preocupación excesiva”. Por supuesto, “en el fondo, es miedo a envejecer”, resalta el psicólogo.

“Esta creencia se convierte en una obsesión”, indica el doctor, quien a modo de ejemplo hace referencia a quienes “invierten cantidades exageradas de dinero en productos y tratamientos que prometen ser rejuvenecedores”. También, a quienes recurren a métodos que no son los más adecuados para esta meta, y al “abuso exagerado de cirugías cosméticas, no solo en el rostro, sino también en el cuerpo, al punto de que algunos llegan a lucir diferentes a como eran”.

Qué hacer

Aprende a envejecer con gracia y a comprender que forma parte del proceso natural de la vida.

En el fondo, todos somos vanidosos y es normal querer cuidarnos y vernos bien cuando nos miramos al espejo. Lo importante es mantener la noción de que te gustas como persona, que te valoras como eres.

Con los cuidados debidos, podemos afrontar los cambios que surgen con la edad. Pero si no estás dispuesto a aceptarlos, y vives angustiado, lo aconsejable es visitar a un psicólogo para ayudarte a manejar la situación.

Fuente: Dr. Carlos Sosa, psicólogo

Cómo cuidarte

Leida Franco, esteticista y propietaria de Euroderm Spa, menciona varios consejos para prevenir las arrugas dentro de una dinámica realista.

A partir de  los 25 años, la piel comienza a deteriorarse progresivamente. Cuanto antes comiences a cuidarte, mejor.

El sol es el principal causante del envejecimiento prematuro. Utiliza diariamente un protector solar desde 55 SPF en adelante. Si estás al aire libre, retoca tu protector solar y evita exponerte al mediodía y temprano en la tarde, ya que a estas horas los rayos del sol son más intensos.

Las gafas de sol no solo te protegen la vista, sino también del envejecimiento en el contorno de los ojos.

Con el descanso, la piel se renueva. Aunque el tiempo de descanso adecuado varía según la persona, lo recomendable es dormir entre seis a ocho horas diariamente. Un descanso interrumpido retrasa mucho la manera en la que el cuerpo se regenera y rejuvenece, haciendo nuestra regeneración celular inadecuada.

Consumir alcohol y fumar deshidrata el cutis y daña la producción de colágeno.

Evita el sobrepeso, sobre todo antes de los 40 años. De igual forma, bajar de peso abruptamente produce arrugas que pueden ser producto de la flacidez en la piel. Una alternativa para mejorar la flacidez en la piel es el tratamiento de radiofrecuencia multipolar, que, activando el colágeno, reafirma la piel y regenera las células.

Al dormir, presionar la cara contra la almohada provoca arrugas que pueden alterar el marco del rostro. Lo ideal sería dormir boca arriba.

La depresión y el estrés disminuyen las fibras del colágeno. Apóyate en pensamientos positivos para evitar situaciones estresantes por tiempos prolongados.

¿Haces muchas muecas? Cuida tus expresiones antes de que produzcan arrugas permanentes. Ejemplo de estas son fruncir el ceño o arrugar la frente al abrir los ojos.

Añade a tu rutina diaria una limpiadora, tónico, humectante y crema de ojos de acuerdo con tu tipo de piel. Puedes conseguir cremas humectantes con colágeno, vitamina C, aminoácidos como bio-peptides, ácido hialurónico y hasta células madres, que alimentan la piel para optimizar su regeneración.

Procura realizarte un facial de limpieza profunda al menos una vez al mes para ayudar a que tu piel se regenere. Puedes optimizar tu facial con hidratación ionizable, foto-rejuvenecimiento y dermolift, entre otros tratamientos.

Una piel muy seca debe utilizar cremas hidratantes. Una piel grasa debe utilizar cremas para balancear el pH; pieles acneicas deben utilizar cremas para el  control de acné. Ahora bien, en pieles grasas o acneicas se debe controlar el nivel de grasa para evitar acné, pero no se puede permitir perder ese aceite natural, ya que este tiende a retrasar el envejecimiento.