Hoy en día las tendencias dictan el largo de la falda, la altura de los tacos, el tono de maquillaje e incluso el tamaño del busto, lo que sin duda no debería verse afectado por la moda del momento y menos aún para modificarlo. 

Hace miles de años para la mujer era importante tener un busto grande ya que era sinónimo de una abundante lactancia lo que permitía aumentar las posibilidades de sobrevivencia a los hijos en un entorno hostil. Ya en la Edad Media el busto atractivo era de tamaño medio, lo que actualmente correspondería a una copa B. Con la llegada del renacimiento, artistas como Rubens y otros pintores de la época nos dejan claro a través de sus obras que vuelven los pechos grandes. La revolución industrial y la incorporación de la mujer al trabajo hicieron que el busto generoso resultara incomodo y en muchas ocasiones se usaban prendas apretadas para contenerlo. 

Durante los años 50, terminada la segunda guerra mundial, todo vuelve a cambiar con la explosión de prosperidad y desarrollo que vive Estados Unidos, siendo el de cine uno de los máximos exponente en marcar la pauta en lo que a moda se refiere. Actrices como Marilyn Monroe y Gina Lollobrigida, ambas de busto grande, marcaron tendencia en cuanto al tamaño. Las mujeres se lanzaron a seguir este modelo y por más de 60 años ha triunfado el concepto de erotismo y sensualidad asociado a los pechos grandes, donde además la industria de la ropa interior se ha encargado de crear prendas para mejorar, exagerar y resaltar lo que se tiene.

¿Qué busto nos trae esta temporada?

Afortunadamente aún hay millones de mujeres que no tiene ningún interés en agrandar su busto y se apoyan en varías razones para no hacerlo. Entre ellas: el riesgo de la operación, dudas o incertidumbre sobre los resultados, perder naturalidad, no estar seguras del tamaño y el alto costo que conllevan las cirugías. 

Si sólo vamos a hablar desde un punto de vista estético debemos dejar claro que un mayor tamaño en la mayoría de los casos hace ver a la mujer más gorda de lo que realmente es y más aún en aquella de mediana o poca estatura. Un busto mediano o incluso algo pequeño está más cerca de la perfección estética que uno grande y que por lo general se cae porque no puede sostenerse a sí mismo. Para reafirmar está postura es necesario conocer las razones a favor de un busto pequeño: pesa menos y por ende es más cómodo, hay menos dolores lumbares o de espalda, se cae menos y conserva mejor su forma, incluso después de la lactancia y se evitan enfermedades a la piel ya que el sudor que se acumula en el surco mamario puede generar dermatitis u otras infecciones en el área. 

Entonces debemos preguntarnos ¿Valoramos la belleza que existe en la naturaleza solo en función de su tamaño? Definitivamente no. Son otros los atributos del busto que nos permiten encontrarlos atractivos o bellos: su forma, su armonía con el cuerpo, su suavidad, su color y definición.

Un busto atractivo es reducido en tamaño y es aquel que quisieran dibujar, pintar o usar de modelo para esculpir la mayoría de los artistas; que se define desde el tórax y se deja ver, más bien descubrir al observar desde un costado del torso, pero que no llena el campo de la mirada y está ahí, firme, robusto, confundido en sus límites con las otras estructuras del cuerpo ¿Vamos a estropear esta belleza natural sólo para agrandarlo? No deberíamos, al menos en un gran número de casos. Entonces ¿cuándo? Al perder asimetría, después de la lactancia si se ha reducido y perdido la forma y en casos excepcionales donde a pesar de todas estas reflexiones y observaciones estamos convencidos de que el resultado será para mejor. 

En países como Brasil se aprecia muchísimo la belleza y las ventajas de un busto medio, siendo las cirugías de reducción y levantamiento las más frecuentes y populares. En Chile la tendencia se divide en partes iguales, para algunas mujeres el aumento mamario es tan importan como para algunas su reducción. Y tu ¿qué elegirías?