Así quedó demostrado en los pasados días cuando tuvimos la visita de la imprudente de Irma, el peor huracán que ha pasado por el Atlántico, según el Centro Nacional de Huracanes. Todos vivimos momentos de mucha tensión pidiéndole a Dios que desviara su paso por nuestro país mientras veíamos incrédulos como arrasaba las vecinas islas del Caribe. Milagrosamente, el ojo del huracán no pasó por Puerto Rico. ¡Uff! Nos salvamos una vez más de las garras de un huracán y, en este caso, uno muy temido y poderoso: categoría 5. ¡Casi na!

¿Yo? ¡Bien, gracias! Hoy no tengo agua ni luz en mi casa, pero estoy tranquila porque no es momento de reclamar algo cuando hemos corrido con tanta suerte.

Sin embargo, pudimos abrir el negocio gracias a la generosidad de Nelson Ponce, un gran amigo de Adjuntas que se puso en total disposición de ayudarnos con una planta eléctrica. Esto me enorgullece y me confirma que de la montaña (de donde yo también soy parte) sale gente maravillosa y con gran corazón, dispuestas a darte la mano. ¡Mil gracias por tu ayuda Nelson, Dios te compense con mucha salud!

Todo esto me lleva a pensar que en Puerto Rico ¡hasta hemos adelantado al Día de Acción de Gracias!

¿Será que no estamos siendo lo suficientemente agradecidos y la naturaleza nos obligó a adelantar lo que tanto pregonamos en noviembre? ¿Sabes qué? No lo dudo.

Día tras día enfrentamos pequeñas y grandes pruebas. Algunas preferimos ignorarlas, pero la vida se encarga de recordártelas. Aprendí algo de toda esta situación, y es que todos los días son buenos para dar gracias. No hace falta pavo, y muchos menos el gravy gringo de cranberry.

¡Mire mi hermano! Lo que queda después de todo esto es ser más que agradecidos. Aprovechemos la lección para mantenernos unidos en familia, como vecinos y compañeros de trabajo. Que no se pierda ese deseo inmenso de ayudar en estos momentos de crisis. ¡Vamos a mantenerlo vivo!

Quedó demostrado cuán poderosos podemos llegar a ser en la desgracia. Lo que nos falta por demostrar es cuán buenos podemos ser también en los momentos de calma. Retemos a la tolerancia, demostremos que los buenos somos más.

Trabajemos para que todos los días sean de acción de gracias.