Se acerca uno de los momentos más importantes y decisivos que tenemos como puertorriqueños, las elecciones del 8 de noviembre. Este es el día cuando hacemos valer el derecho a elegir quien lleva las riendas de nuestro País. 

Como de costumbre, quejarse y criticar las diferentes administraciones durante los cuatro años de gobierno, (no importa el partido) se ha convertido es más de lo mismo. La división que provocan los colores que identifican a cada uno de estos candidatos es latente y hasta decisiva. Esto ha permitido que en muchas ocasiones, no hagamos uso de nuestra consciencia y nos dejemos llevar por estas maquinarias millonarias, sin importar si el candidato es bueno o no tan bueno para nuestro País.

Lo que no me deja de parecer curioso, y hasta preocupante, es la cantidad de gente que en esta ocasión aseguran no saldrán a votar. Los escucho todos los días, y les confieso, se me paran los pelos y hasta el corazón. Me trinco y digo, “Ay santo, que mal nos va y con esta actitud nos puede ir peor”. 

Reflexiono y digo, ¡No! ¡Esa no puede ser la consigna! Esta sería la actitud más derrotista que podemos asumir. Es como nadar para morir en la orilla. Debemos aprovechar que es el momento en que más fuerza y poder tenemos para cambiar y mejorar el rumbo de nuestro País. No es suficiente con quejarnos para después arrepentirnos. El 8 de noviembre, todos tenemos la oportunidad de ejercer nuestro derecho al voto. Hazlo a consciencia.

La mayoría del pueblo manda y por quién votar, es tu prerrogativa. Lo que sí te pido es que lo hagas, no sólo por ti, sino por tu País. Busca, entre las opciones que te ofrecen los seis candidatos, quien te brinda lo que necesitas para seguir adelante. A diferencia de otras contiendas, esta vez tenemos interesantes propuestas sobre la mesa. 

Nuestra meta debería ser el orientarnos y orientar a otros, para de alguna forma, romper la cultura de que, si esto fue lo que me enseñaron, por tradición es lo que hago. Esos tiempos cambiaron, nos toca tomar responsabilidad mediante el voto sin colores ni partidos. No se trata de costumbres ni lealtades a nuestros antecesores. El futuro es nuestro y nos toca construirlo por los próximos cuatro años.

Votar es un derecho que nos da poder y no es momento de desperdiciarlo. Repasa tus planes de vida a corto y largo plazo. ¡Somos bendecidos! Vivimos en una de las islas más espectaculares del universo. 

¿Que nos falta? A mi entender, nos falta voluntad y amor por Puerto Rico. Nos falta compromiso sin colores, capacidad de visualizarnos en un mejor país, donde no hagamos de la política un hobby, donde estemos conscientes de que en nuestras manos está el porvenir de las nuevas generaciones. Con nuestro voto avanzamos o nos detenemos en el tiempo. Con nuestro voto decidimos la salud de nuestro pueblo, nuestra economía, la infraestructura, la educación y tantas otras cosas más.

Comencemos por enderezar a quienes nos gobiernan. La lista es larga, la elección es tuya. Tú los quitas, tú los pones. 

Te invito a reflexionar, a que extiendas el mensaje, para que juntos, seamos la mayoría. Por favor, no dejemos a otros definir nuestro destino. Seamos nosotros los que determinemos lo que queremos para nuestra tierra. 

Así que ¡salgamos a votar!