Por siglos, la sociedad ha estado basada en principios machistas. Nos han estado inculcado que debemos juzgar a las mujeres basados en cómo se comportan con su femineidad. Esto ha sido así porque el concepto de ser femenina está vinculado a la pureza y, sobretodo, a la integridad de la mujer. Si nos vamos a la historia, vemos como, en un mundo de hombres, se nos penalizaba, hasta el punto de que en muchos casos ser promíscua o tener relaciones sexuales antes o fuera del matrimonio podía llevarnos hasta la muerte.

Hoy día, en pleno siglo XXI, todavía existen grandes tabúes acerca del tema. Y es por la misma razón que también encontramos un sinnúmero de mujeres que utilizan todas las artimañas posibles para que el hombre, que acaban de conocer, piense que está con una mujer llena de “inocencia femenina” (una mujer que finge ser frágil, inexperta e inocente en cosas del amor).

Me imagino que muchas de ustedes estarán preocupadas por lo que estoy diciendo, y quizás pensando que les estoy dañando el mercado al revelar mi preocupación por las artimañas a la hora de conquistar a un hombre.

Pero... ¿habrá algún hombre que se coma el cuento? Más que contestarme esta pregunta, me preocupa saber si esta práctica nos suma o nos resta como mujer.

Creo que la manipulación femenina, y en eso de hacernos las inocentes, no nos beneficia en nada. Es más, no nos representa en lo más mínimo.

No vale la pena vivir fingiendo ser la persona que no eres. Comparto con ustedes la vivencia de un amigo, que al pasar de los años se dio cuenta que la mujer con la que compartía lo había estado manipulando descaradamente, jugándole el juego de la “inocencia femenina”... Este hombre pasó años de su vida creyendo que tenía a su lado a una mujer frágil e indefensa. Hoy, este mismo hombre, puede decir que todo acabó para bien y que cada truco y cada manipulación fue descubierta.

Es que la verdadera inocencia, esa con la que nacemos, se desvanece una vez enfrentamos la vida. Seguir haciendo el papel de inocente para manipular a un hombre nos atrasa y limita. Mejor aprende a ser tú, con tus errores y virtudes, con tu propia personalidad y sentimientos. Muéstrate segura de lo que quieres. Somos mujeres inteligentes, fuertes y llenas de vida.

Amarse y aceptarse por lo que somos es la mejor garantía de que podemos construir una relación buena, sólida y a largo plazo.

Dejemos atrás el estereotipo de ser mujeres inocentes, frágiles y delicadas. La mujer debe mostrarse tal cual es, sin dejar por eso de ser femeninas y encantadoras.