Visitar la isla municipio de Culebra y maravillarse con toda la riqueza natural que allí se encuentra es muy fácil.

Playas exóticas, un ritmo de vida distinto, un aire mucho más puro, en fin, un paraíso del que pocos quisieran escapar... al menos cuando se llega allí buscando, precisamente, ese respiro.

Previo al 2007, Mitzy Pérez había vacacionado en Culebra en varias ocasiones, pero ese año, llegó y se quedó.

“Me agarró el oxígeno y el olor de las flores”, dice quien para entonces tenía 35 años y se había destacado en el ámbito de las comunicaciones, la publicidad y el show business. 

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Aquellas vacaciones le dieron un giro impensado a su vida, un propósito que pasados 10 años, ya lo tiene completamente asimilado.

Lo primero que hizo, como cualquier persona que necesita sobrevivir en un ambiente nuevo, fue buscar trabajo. Lo encontró en una hospedería que, según dice, no es lo mejor que ofrece la isla. Esa experiencia la movió hacia el centro del pueblo culebrense y allí tuvo su gran descubrimiento.

“Cuando me mudo al pueblo, que veo la necesidad, las dificultades diarias que viven a raíz de la transportación, las muchas limitaciones en términos de ropa, zapatos, educación, experiencias de vida normales, desde salir a divertirse, a conocer diferentes experiencias de crecimiento; al comenzar a ver todo eso, eso me cautiva”, comparte Mitzy.

“Darme cuenta que había otra manera de vivir y aunque no era cómoda, sí existía la posibilidad de que pudiera colaborar y aportar para que estas personas tuvieran unos elementos de vida diarios que por la posición geográfica y por la transportación no conocían, me convenció”.

Mitzy gestó su propio empleo. Creó la firma de servicios al turista local y extranjero, Culebra Concierge  y comenzó a integrarse a la comunidad, hasta hacerse parte de ella.

Su nombre, Mitzy, comenzó a regarse entre los chicos y grandes del pueblo, pero los más pequeños entendían que se llamaba “Misi” y la asociaban con ser maestra, cosa que ella negó hasta que no pudo más. “Le digo sí, soy maestra del amor, de la felicidad y del éxito, y sale una (niña) y dice, ‘pues tú tienes la escuela por dentro’ ”.

De ese comentario inocente -y sin planificar- surgió un proyecto de educación y responsabilidad social que ella llamó Green Culebra. En poco tiempo, Mitzy se convirtió en una figura modelo para decenas de niños y adolescentes que poco a poco se fueron apegando a ella en busca de nuevas experiencias, de conocimiento, de amor, de satisfacer algunas de sus necesidades básicas. 

Con ella, niños, niñas, jóvenes y hasta adultos han aprendido a cruzar una calle según las reglas del semáforo porque en sus calles no existen, solo en la Isla Grande, como reconocen al resto de Puerto Rico. 

Descubrir las escaleras eléctricas dentro de un centro comercial, el uso adecuado de cada uno de los cubiertos, contestar el teléfono con un saludo de “buenos días” y “buenas tardes” y siempre decir “gracias”, son una muestra mínima del legado que esta mujer está dejando para las generaciones que crecen en la “isla paraíso”.

“Si vamos al aeropuerto a buscar un paquete, que aprendan a decir ‘buenas tardes’, y le voy explicando cómo se deben comportar en una sociedad”, detalla la otrora asistente de la productora de espectáculos Maritza Casiano. “Llamarme Mitzy y haber estudiado comunicaciones, y haber trabajado en el mundo del espectáculo, todas esas experiencias y conceptos, los he ‘culebrizado’. He podido hacer una súper versión de mí con un propósito enfocado en los niños”.

Green Culebra ha sido su principal herramienta para empoderar a los menores sobre el cuidado de su isla. Así, no es de extrañar que mientras se solee en la famosa playa Flamenco algún menor se acerque y le pida que recuerde botar su basura, o que no tire la colilla del cigarrillo en la arena. Todo es es parte del esfuerzo -voluntarioy sin remuneración- que hace esta mujer soltera y sin hijos.

Tan grandiosa ha sido su influencia en la vida de los menores de Culebra que padres y madres básicamente se los entregan a ojos cerrados. Los fines de semana, por ejemplo, hasta 16 menores pueden pernoctar en su casa y a todos los alimenta, los ayuda a hacer tareas escolares, los viste si es necesario o los expone a actividades recreativas.

¿Cómo aportar para la infancia y juventud de Culebra?

Para mantener y hacer crecer el proyecto Green Culebra, Mitzy espera por que el gobierno municipal cumpla con el compromiso de que se le identifique un terreno donde pueda ubicar tres “motor homes” que le fueron donados y así poder establecer un proyecto más amplio de desarrollo integral.

Igualmente, lograr los medios económicos para conseguir una guagua que le permita transportar a los menores por la isla.

Pero ella no pide dinero, sino donaciones de alimentos enlatados, productos de aseo personal, jugos, meriendas... O, si prefiere, puede aportar a la cuenta que tiene en la pizzería Heather's, adonde constantemente lleva a sus chicos y chicas a comer.

Para más información sobre cómo canalizar sus ayudas puede comunicarse o textear al 787-742-3000.

(Suministrada)